EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA  EN VENEZUELA

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La explicación humboldtiana y los viajeros europeos

 Atraídos por la Tierra de Gracia, versados científicos europeos se arriesgaron allende el Océano Atlántico, tras las informaciones de las crónicas hispanas. Numerosos expertos estimulados por la naturaleza tan compleja en cuanto geología, botánica y zoología, aunado a la presencia de un colectivo humano muy particular, gestó una movilización de los cultivadores de la ciencia, en este caso, hacia Venezuela.  Al llegar el Siglo XVIII, los centros de estudios europeos  estaban nutridos de los documentos e informes enviados desde el Nuevo Continente. Pero fue imprescindible venir en procura de nuevas informaciones en el propio escenario de los acontecimientos. Quizás, uno de esos exponentes de mayor relevancia, fue Alejandro de Humboldt, quien sustentado de una concepción científica de la geografía más avanzada y afincada en los fundamentos de la explicación, el análisis y la síntesis, se apersonó en América para iniciar una época de investigación geográfica desde nuevas teorías. Dice Bassols Batalla (1980), viene en el siglo XIX, Humboldt sobre los principios dialécticos de la antigüedad y expresa que nada haya aislado en la naturaleza y que la geografía debe recurrir siempre a la síntesis de los fenómenos, pues todos ellos están interrelacionados y dependen unos de otros. Es mejor, decía, constatar la relación de los hechos observados con anterioridad que el conocimiento de los hechos aislados.

Con Humboldt se produce un cambio trascendente en la concepción de la realidad. No basta con lo observado y descrito, es necesario entender las razones que explican los fenómenos, porque ellos no se encuentran aislados sino que son la resultante de la confluencia integral y dinámica de los elementos que los constituyen. Este investigador determinó que para comprender los acontecimientos geográficos, era obligatorio abordar la interrelación de elementos y factores que definen su existencia concreta. Fácilmente se entiende que así se supera la orientación descriptiva que servía de fundamento a la geografía y le asigna ahora una connotación explicativa hacia el estudio de los fenómenos humanos, físicos y biológicos presentes en la superficie terrestre. La explicación se apoyó en el análisis, con la intención de encontrar la causalidad del objeto de estudio, mediante la articulación e integración global de sus rasgos existenciales.

El objetivo de Humboldt fue comprender al hombre como transformador de lo natural y como organizador del espacio geográfico. En esa dirección, dio fundamental importancia a la reflexión en la búsqueda de las causas del fenómeno o acontecimiento geográfico. Para eso, interrelacionó los elementos y luego, los comparó con otras circunstancias geográficas en la superficie terrestre. Ante esta nueva concepción de la geografía, Humboldt representa la aplicación de una nueva concepción geográfica. Su aporte indiscutible es la explicación de los fenómenos producidos por la relación hombre-naturaleza, la cual se puede mostrar con el siguiente ejemplo, cuando Humboldt, 1800, en sus Cartas Americanas (1980), expresa lo siguiente:

Desde Valencia hemos atravesado toda la llanura que separa la Cordillera de la Costa de la del Orinoco, pasando por Guigue, el pueblo de Cura y Calabozo, hasta San Fernando. El polvo, el ardor del sol (...) y la falta de aguas potables, nos han hecho sufrir mucho durante el viaje. La llanura no tiene más de 76 varas de elevación sobre el nivel del mar, mientras que Buenaventura tiene 1859, la Laguna de Valencia 494 y los Morros de San Juan (cuyos alrededores poseen minas de cobre de gran importancia), 896 varas. Este nivel de planicie permitirá alguna vez, cuando la Provincia esté más cultivada, abrir la navegación desde Valencia hasta la laguna por la orilla del Pao, que desemboca antiguamente en la laguna y que ahora, uniéndose a los ríos Tinaco, Guarico y Chirgua, mezcla sus aguas con los del Portuguesa y por consecuencia, con las del Apure y del Orinoco. Esta comunicación será muy interesante,  en épocas de guerra cuando los corsarios impiden la navegación y el transporte de Puerto Cabello a la Angostura (p. 66).

La referencia anterior refleja la racionalidad humboldtiana para entrelazar los factores que conforman el medio con los factores humanos y orientar el interés hacia las interrelaciones que definen la realidad geográfica. Esta forma de apreciar lo geográfico, enfoca el cambio hacia la actividad reflexiva, a través del análisis y la síntesis de la intrincada red de relaciones hombre-medio. Sin embargo, los avances que se registran en el conocimiento de la geografía no tienen correspondencia con la educación en ese momento histórico. Contrariamente, a un gran adelanto en el conocimiento de la geografía nacional, el analfabetismo predominaba en la sociedad venezolana. El atraso daba argumentos para desarrollar una vida desprendida del entendimiento de la realidad. Por un lado, los extranjeros procuraban una explicación al territorio nacional y, por el otro, los nacionales se ocupaban de las guerras fratricidas por el poder político.

En efecto, la educación no tenía importancia para los analfabetas caudillos locales y regionales. Aunado a eso, dice Mudarra (1978, al comentar la limitada educación del siglo XVII y XVIII, lo siguiente: “...se prestó poco interés por el experimento aplicado a las ciencias físicas, matemáticas y naturales, así como se olvidó totalmente nuestra agricultura, la explotación de nuestras minas, también se descuidaron nuestras ciencias sociales y económicas, debido a que la educación desarrollada en las escuelas, se centraba en los elementos de la doctrina cristiana, en la gramática, en la matemáticas, en la lectura y en la escritura” (p. 43).

Se trataba, igualmente, de una educación con dificultades, carente de herramientas didácticas, a lo que se añadía el carácter elemental de los conocimientos impartidos por los franciscanos y dominicos. Frente a esta situación, ya en el siglo XVIII y XIX, se plantea la necesidad de cambio, impulsado por movimientos críticos con espíritu de renovación que proponen, de acuerdo con Leal (1968): “...el deseo de remozar la enseñanza muy propio del siglo de las “luces” e incorporar las ciencias “útiles” y las nuevas corrientes filosóficas al quehacer cultural del país. Están, estos movimientos emparentados con los ideales de la Ilustración española que llegan a América, no en forma clandestina sino a través de sus mayores escritores y de los gobernantes más progresistas” (p. 25).

Mientras existe un significativo desarrollo artesanal e industrial y los cambios ideológicos sacuden a Europa, prestigiosos científicos e investigadores europeos vienen a Venezuela en la búsqueda de nuevos conocimientos de su realidad geográfica. Los siglos XVIII y XIX se presentan como el escenario histórico de estos viajeros atraídos por las incógnitas de la naturaleza y de la geografía venezolana. Codazzi, Pittier, Depons, Sievers, Semple, Paudenx, Mayer, Lavaysse, Duane, Appun, Lisboa, Goering, Dupouy, Ernst, Perignon de Roncajolo, Postí, Strdelli, Dalton, Denis, Vereschi, Vogh, entre otros, son citados por Venegas Filardo (1983). Ellos son, en esencia, los verdaderos descubridores de la realidad nacional, seducidos por las bellezas naturales y por los atractivos parajes que exploraron palmo a palmo. Resultantes de labor científica de estos viajeros, son la descripción y explicación  del entorno natural y la cotidianidad costumbrista de su población durante estos siglos. Esta situación no está desfasada de los cambios del momento histórico europeo. El desarrollo de la revolución industrial, originó cambios muy trascendentes en la ciencia y en la técnica que demandó mercados y fuentes de materias primas.

Necesariamente, los informes de estos estudiosos, de una a otra forma, contribuyeron a que Europa extendiera su afán expansionista y su poderío político-económico hacia estas latitudes. Esa revolución significó el incentivo hacia la captación de nuevas colonias, el estudio científico de los recursos naturales y de su valor económico en los territorios de América, África y Asia. Los fundamentos que apoyaron la explicación de los territorios emergieron del pensamiento positivista, que más preocupado por la especialización minuciosa, se orientó a dar mayor énfasis al estudio de las partes que al todo.

Es la nueva geografía que se consolida en Europa como disciplina que procura las razones del funcionamiento y la reconstrucción de los procesos naturales, con la finalidad de detectar las potencialidades de los recursos naturales y avalar la búsqueda de mecanismos para la dominación política e ideológica de la dinámica social. El objeto de las investigaciones, bajo la concepción positivista que impuso la geografía de la dominación europea, fue el control del medio ambiente y de sus repercusiones económicas. De allí que no es extraño que los científicos que exploraron el territorio, fundamentaran sus investigaciones hacia la sistematización y clasificación de los fenómenos y especies naturales, como también plantear hipótesis sobre su  causalidad. Desde este pensamiento resultó el determinismo que convalidó la fuerza de la naturaleza como condicionante de la actividad humana y la fragmentación de la la realidad geográfica.

De esta manera se entienden como entes aislados al relieve, los suelos, las asociaciones vegetales, el clima, entre otros aspectos, a la vez que redimensionan la concepción de la región y de los Estados como entes organizados. Afirman, en relación con eso, Capel y Urteaga (1982: 19), lo siguiente: “...de acuerdo con la mentalidad positivista dominante, parece lícito transferir los conceptos y teorías de las ciencias naturales a las ciencias de la sociedad, y así la idea de organismo, de función, de metabolismo. Al mismo tiempo, la naturaleza deja de verse como algo estático. Este planteamiento sirvió de base para que la geografía se definiera como la ciencia que explicaba los fenómenos físicos, biológicos y humanos que se encontraban en la superficie terrestre. Ya no fue la simple descripción sino interpretar la realidad. Esta concepción permitió justificar e intensificar la explotación de los países pobres, atrasados y marginales del desarrollo industrial (p. 19). .

Mientras la geografía explicaba los fenómenos geográficos, esta ciencia como materia de estudio escolar, tenía muy poca importancia y se limitaba a transmitir nociones y conceptos, al dejar a un lado la comprensión y el razonamiento. La concepción atomizadora condujo a limitar la enseñanza hacia la memorización. Exponente de esta situación lo constituye Codazzi (1960), quien, en el año de 1841, recomendó que la geografía se enseñara a través de la elaboración de cuestionarios. He aquí un ejemplo:

P.- ¿ Cuáles son los sistemas de montañas de Venezuela?

R.- Son tres sistemas: el de los Andes, el de La Costa y el de Parima.

P.- Explicad el de los Andes.

R.- Forma una masa ancha y compacta, sus bases se pierden a casi igual distancia hacia el Lago de Maracaibo, por el norte, y a las llanuras de Barinas por el sur.

P.- Explicad el de la Costa.

R.- Se compone de cadenas paralelas a la Costa del mar de las Antillas, encierra ricos valles del Tuy y el lago de Valencia, y tiene cadenas submarinas que aparecen en las diferentes islas que están paralelas a la costa.

P.- Describir el sistema de Parima.

R.- Se puede considerar como una mesa convexa prolongada de Este a Oeste, en la cual se levantan cerros separados entre sí por planicies y cadenas en todas direcciones extendidas e interrumpidas (p. 65).

 

El ejemplo anterior, tomado como muestra del “Catecismo de la Geografía de Venezuela para el uso de las escuelas primarias” (1841), redactado por Agustín Codazzi, representa una evidencia concreta de la necesidad existente en el siglo anterior, de proponer una enseñanza de la geografía nacional, para contrarrestar los compendios enviados desde Europa, elaborados sobre contenidos disciplinares de la geografía solamente y desfasados de la realidad geográfica nacional. La publicación de Codazzi fortaleció la concepción descriptiva de la geografía, a la vez que contribuyó a establecer una clara diferencia entre la geografía como disciplina científica y la geografía como asignatura escolar.

Así, se alejaron de las aulas los fundamentos de la concepción explicativa, porque mientras se exploraba el territorio nacional al obtenerse valiosos conocimientos, en las aulas se describían los detalles de la geografía del país. Esto produjo desviaciones pedagógicas que alejaron a la enseñanza de la geografía del avance científico-geográfico del ámbito escolar. El resultado, la geografía fue considerada como una simple nomenclatura para describir detalles y fenómenos, cuando esta disciplina desarrollaba un gran debate epistemológico y la pedagogía luchaba por fortalecer la promoción de los valores del hombre.


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