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LA VULNERABILIDAD EN LAS ESTRUCTURAS Y PROCESOS DEMOGRÁFICOS DEL CHACO
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2.d.
La transición epidemiológica
Los
adelantos en la medicina, la mayor cobertura de los servicios de salud y
la mejora en las condiciones de vida de la población, produjeron bajas
considerables en los niveles de mortalidad.
En A. Latina esos cambios
se inician en la primera mitad del siglo XX. Según datos
proporcionados por Naciones Unidas en los últimos 50 años, se habría
ganado 20 años en promedio la esperanza de vida, aunque existen
diferencias importantes entre los países. En todos ellos la mortalidad
femenina es inferior a la masculina asociada a la incidencia diferencial
por sexo de las enfermedades o circunstancias que causan las muertes
(enfermedades cardiovasculares, violencia). Así la diferencia de
esperanza de vida es de 6,5 años a favor de la mujer, aunque se espera
que, la mayor participación de la misma en actividades fuera del hogar
(que las expone a riesgos similares al de los hombres), como así el
combate de enfermedades crónicas masculinas, reduzcan las diferencias. [18]
Las muertes provocadas por anomalías congénitas y del período perinatal afectan en su gran mayoría al grupo de 0 a 4 años. Las deficiencias de la nutrición provocan el 33% de las muertes en menores de 4 años y el 40% en mayores de 75 años, los dos grupos más vulnerables y con mayores necesidades alimentarias muchas veces difíciles de satisfacer. Las complicaciones del embarazo afectan en mayor medida al grupo mayor de 45 años (66%) y en segundo lugar al de 25-44 años con el 32%. Gráfico 12.
La
edad es una variable importante, porque a ella se asocian distintos
riesgos de muerte y la incidencia de ciertas enfermedades. Con el avance
del mejoramiento de las condiciones de vida de las personas disminuyen
la mortalidad y aumenta la esperanza de vida. Los cambios operados
expresan la transición epidemiológica en
la estructura Las
figuras resultantes de la distribución de la mortalidad por edad
muestran situaciones diferentes en la provincia:
La
ganancia de años en la esperanza de vida está relacionada
principalmente con el descenso de la mortalidad infantil y de la niñez
a raíz de la menor incidencia de las enfermedades infecciosas,
parasitarias y del aparato respiratorio. La elevada mortalidad infantil
se registra en las poblaciones cuyas madres tienen escasa
o no tienen instrucción.
Si
bien se viven modificaciones profundas en el cambio de las causas de
muerte, existen rebrotes de enfermedades que aparentemente estaban
superadas, como es el caso de la década de los 90 con el surgimiento de
epidemias de enfermedades transmisibles como el cólera, la malaria, el
mal de chagas, el hantavirus, la tuberculosis y el dengue, tanto en áreas
rurales como urbanas, ocasionadas por la permanencia de la pobreza, la
falta de servicios básicos y el alto grado de hacinamiento. En el campo de la salud y en estrecha relación con la transición demográfica se expone y desarrolla la denominada teoría de la transición epidemiológica. Esta expresa el cambio de las características de la morbilidad, las causas de muertes y la distribución por edad de las defunciones. El proceso consiste en la disminución proporcional de las muertes ocasionadas por enfermedades perinatales y las transmisibles (infecciosas, parasitarias y respiratorias) dando paso a las crónicas y degenerativas (tumores, circulatorias) y las provocadas por causas externas (violencia, accidentes, traumatismos), transformaciones que ocurren debido a cambios en el comportamiento en el plano de la salud, la nutrición, avances en la medicina y alteraciones socioambientales.. Asimismo hay un aumento proporcional de población adulta mayor y una baja de los niños.
Las
condiciones de salud
inciden directamente sobre la productividad (ausentismo laboral,
envejecimiento prematuro, disminución de la vida activa) al mismo
tiempo que influyen en las condiciones económicas (deterioro social e
incremento de la pobreza). Un problema serio es el trabajo de los
menores de 14 años, sector expuesto a factores de riesgo que derivan en
cuadros patológicos que afectan las potencialidades futuras de la
población activa. [21] La mejora de las condiciones de salud de las mujeres y de los niños contribuirá a disminuir la mortalidad materna e infantil y a reducir indirectamente los niveles de fecundidad (especialmente embarazo adolescente). De esa forma, la salud y la educación son factores gravitantes para lograr el mejoramiento de los recursos humanos, tendiente a elevar los niveles de productividad. Así por ejemplo, la tasa de mortalidad materna en Argentina paso de 56 muertes de madres cada mil nacimientos en 1988 a 35 en el año 2000. América Latina tenía en promedio en 1995, 190 muertes c/1000 nacidos. [22] |
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En
la transición epidemiológica (algunas veces referida como transición
de la mortalidad o transición en salud) y estrechamente vinculada a la
transición demográfica se pueden distinguir 4 fases: [23] 1.
Primera fase: comprende la epidemiología de los países más
pobres, con un predominio de enfermedades infecciosas y de la nutrición,
con mortalidad infantil muy alta, mortalidad general baja por causas
cardio-vasculares y esperanza de vida de la población corta. Los
procesos degenerativos son poco frecuentes por los rasgos de la
alimentación. 2.
Segunda fase: Corresponde a los países en vías de desarrollo
donde el mejor nivel socioeconómico se corresponde con una mejora en
la alimentación y en las condiciones higiénicas y sanitarias, con
lo cual disminuyen las enfermedades infecciosas (aunque con una
importante prevalencia) y de la nutrición. Además aparecen en forma
incipiente los factores de riesgo cardiovasculares y aumenta la
incidencia de la arteriosclerosis. 3.
Tercera fase: Incluye a los países en transición, donde el
importante desarrollo económico acompaña a los cambios en la
nutrición (alimentación rica en grasas, sal) y en el estilo de
vida (vida sedentaria, aumento del estrés, la obesidad y el consumo
de tabaco y alcohol). Ello conduce a la modificación de la distribución
de las enfermedades, con mayores factores de riesgo cardiovasculares y
accidentes cerebro-vasculares. Existe una mayor esperanza de vida y una
disminución importante de las enfermedades infecciosas y de la nutrición. 4.
Cuarta fase: Comprende a los países más desarrollados con
mayores avances en la investigación médica y con la aplicación de
medidas de educación sanitaria que ayudan a tomar conciencia a la
población sobre el riesgo de las enfermedades cardiovasculares. De esa
manera se disminuye el consumo de alimentos nocivos, se incentiva la práctica
de los ejercicios físicos, se evita la obesidad, el estrés y el
consumo de tabaco. Todo eso conlleva a la reducción de la morbilidad y
mortalidad, como asimismo a la prolongación de la esperanza de vida.
Sin embargo todavía existen diferencias entre las capas altas y bajas
de esas sociedades.
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| [18] |
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| [19] |
“...aunque su tratamiento data desde sus estudios (1971), la terminología comienza a usarse en los diccionarios médicos hacia 1995. La premisa en esta teoría es que la mortalidad se constituye en un factor fundamental de la dinámica de la población y postula la transición de un patrón de causas de muerte por enfermedades infecciosas, con muy alta mortalidad, especialmente en edades jóvenes, a otro patrón dominado por las enfermedades degenerativas y las provocadas por la acción del hombre...” Vera Bolaños, Marta. (2000) Revisión crítica a la Teoría de la transición epidemiológica. Papeles de población Nº25, CIEAP/UAEM, México, pág.180-181. |
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[20] |
Las
etapas se caracterizan por: a) en la edad de la peste y el hambre la mortalidad es alta y fluctuante, lo que provoca
un crecimiento escaso de la población. Además la esperanza de vida es
baja (entre 20 y 40 años). b)
En la edad de las pandemias retraídas
las crisis de la mortalidad se vuelven menos frecuentes y la esperanza
de vida se incrementa (entre 30 y 50 años). El crecimiento demográfico
es sostenido. c)En
la edad de las enfermedades
degenerativas y las producidas por el hombre, la mortalidad es baja
y estable; la esperanza de vida aumenta hasta alcanzar a más de 50 años.
La fecundidad es el hecho decisivo para controlar el crecimiento de la
población. Vera Bolaños, Marta. (2000) Op cit., pág. 181. |
| [21] |
Rivadeneira S, Luis. (2000) América Latina y el Caribe... op.cit. p.18 |
| [22] |
Chackiel, Juan. (2004) La dinámica demográfica.... Op cit. P.50 |
| [23] |
www.webmastersanitarios.org. La transición epidemiológica. 2004. |
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Instituto de Geografía (IGUNNE). Facultad de Humanidades. UNNE. Resistencia, Chaco. Argentina |