LA VULNERABILIDAD EN LAS ESTRUCTURAS Y PROCESOS DEMOGRÁFICOS DEL CHACO

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La transición epidemiológica no siempre se presenta estrictamente en estas cuatro fases, sino que existen otros determinantes, distintos del nivel socioeconómico, que pueden alterar y acentuar la incidencia de las enfermedades sobre la población y, de esa forma, la vulnerabilidad a contraerlas aunque parezcan superadas.

Durante la misma los cambios más profundos en salud y enfermedad ocurren entre los niños y la mujeres, por ser los grupos más vulnerables a esos procesos. Al mismo tiempo esos cambios están estrechamente vinculados con las transiciones demográfica y económica que constituyen la compleja modernización. El envejecimiento de la población también desempeña un rol importante en el cambio de perfil epidemiológico, porque son los adultos mayores los más vulnerables a las patologías crónicas y a las enfermedades degenerativas. Así, ante una mayor esperanza de vida y una reducción de las enfermedades transmisibles y neonatales, la estructura epidemiológica va cambiando paulatinamente.

 A propósito de las particularidades del cambio y su variación temporal, se distinguen tres modelos básicos de transición epidemiológica: [24]

1.   El modelo oeste o clásico que describe un cambio gradual de tasas de mortalidad altas (30 ‰ ) y natalidad alta (40 a 50 ‰ ) a tasa bajas 10 y 20 ‰ respectivamente, como consecuencia de las mejoras sociales, ambientales y económicas y a la práctica de métodos de control de la natalidad, donde poco tiene que ver los adelantos en la medicina, por lo menos en las etapas iniciales.

2.   El modelo acelerado tiene un comportamiento similar al anterior pero fue mucho más brusco el cambio debido a la trascendencia de la tecnología médica.

3.   El modelo tardío presenta una mortalidad en descenso por efecto fundamental de la revolución médica en gran parte importada. La fecundidad tuvo un descenso tardío como consecuencia de la aplicación posterior de los métodos de control.

Este último puede ser asimilado a la provincia del Chaco donde las tasas de mortalidad a principios del  siglo XX, de alrededor del 18 ‰ , pasan a principios del siglo XXI al 6 ‰  y la fecundidad disminuye muy fuertemente en la década del 30 y en forma lenta a partir de 1970.

3. La vulnerabilidad asociada a la estructura de la población

 El avance de las diversas transiciones atenúan algunos riesgos pero a la vez pueden aumentar los existentes y generar otros nuevos. Por ello es necesario conocer el panorama demográfico. Las tasas de crecimiento de la población del Chaco muestran diferencias en el análisis del total y por grupos de edades. Además no es uniforme en todo el ámbito provincial, lo cual supone algunos interrogantes sobre el futuro comportamiento regional en temas relacionadas con la edad media, la esperanza de vida, la fecundidad y la transformación de la estructura etaria.

 

Los nuevos riesgos generados por el proceso de transición demográfica modifican la estructura por edad de la población: la oscilación de las cohortes y el proceso de envejecimiento. El primero se origina en las variaciones del número de nacimientos que cambian el tamaño de los grupos de edades a medida que las cohortes avanzan en su ciclo vital. Es así que el descenso acelerado de la fecundidad causa grandes fluctuaciones en el tamaño de las mismas, especialmente cuando el descenso es irregular. Los riesgos que ello trae aparejado afectan a todas las comunidades que están en proceso de transición demográfica.

La clasificación tradicional que expresa la composición demográfica distingue tres tipos de pirámides de población: Torre de Eiffel, campana y urna funeraria. Rey Balmaceda [25] presenta una tipología más amplia donde es posible advertir una variedad más completa para el análisis: pirámides rítmicas y arrítmicas. Las primeras representan estructuras demográficas con un ritmo de disminución regular y sostenido, con una evidente simetría en los sexos. Las arrítmicas representan estructuras con anomalías en los distintos grupos y entre los sexos. Ambas están afectadas por la natalidad, la mortalidad y los movimientos migratorios como así hechos extrademográficos que las definen.

Los modelos rítmicos están representados por tres tipos de pirámides: torre de Eiffel, triangular y campana y las arrítmicas por cinco: urna funeraria, rectangular o estacionaria, yunque, doble rectangular y  atípica. A estas se pueden agregar dos más: forma de pera y gota (Leib-Mertins). [26]

Algunos de esos tipos de pirámides se localizan en la provincia del Chaco mostrando los efectos de los hechos demográficos. En el sector occidental hay un predominio de pirámide tipo torre de Eiffel y triangular, hacia el oriente hay áreas con pirámides maduras o campana, pera y atípica. Al sudoeste hay un predominio de pera, triangular y atípica.  Mapa Nº 13.

 

El segundo riesgo es el envejecimiento cuyas consecuencias adversas se hacen sentir sobre las variables económicas, las finanzas, el perfil epidemiológico y la estructura social. Este proceso está en marcha en muchas regiones y muestra el aumento de la proporción y el volumen del grupo de población de 60 años y más. Aunque el envejecimiento cronológico es un riesgo inevitable, el demográfico puede manejarse mediante el control de los factores determinantes, como la fecundidad y las migraciones. Dicho manejo depende de la capacidad de respuesta de las comunidades afectadas, y por lo general las áreas más envejecidas tienen niveles más altos de desarrollo aunque lejos del que presentan las áreas o países desarrollados. Por otra parte no hay antecedentes de envejecimiento demográfico en un contexto de desarrollo precario.

En otro orden de cosas, el envejecimiento puede considerarse como un riesgo con perfiles específicos en los hogares y en las personas, afectados por el comportamiento de la fecundidad y la mortalidad. Las adversidades que impone el envejecimiento se vinculan con la pérdida de recursos, con el deterioro físico y mental en las etapas finales de la vida. Es decir que el aumento de la expectativa de vida  es una señal alentadora para la población, tanto por su significado intrínseco personal como socioeconómico; sin embargo no siempre el aumento de la duración de la vida va acompañado de un aumento de la calidad de vida, pues es cada vez mayor la cantidad de hogares y personas que envejece en un contexto precario.

A escala provincial y más aún en los ambientes rurales alejados de las áreas urbanas, varias características y condiciones demográficas pueden ser consideradas riesgos a corto plazo. Así por ejemplo los grupos con mayores desventajas son los hogares con más niños, por lo tanto con mayor dependencia, mayor hacinamiento y viviendas precarias con déficit en los servicios, con localización en áreas desfavorables y expuestas a riesgos ambientales, menor esperanza de vida, incremento de la fecundidad no deseada, especialmente en madres solteras y adolescentes.

La reducción de la tasa de crecimiento, el aumento de la edad media, el envejecimiento diseñan el futuro panorama demográfico que a su vez incide en el crecimiento económico y en las condiciones de pobreza. Los cambios en los índices de dependencia producto del avance de la transición demográfica a mediano plazo genera el denominado ”bono demográfico” u “oportunidad demográfica”  que implica una relación más holgada entre la población activa e inactiva (mayor fuerza de trabajo disponible, ahorros, inversión). De esa manera se espera que haya una reducción de las personas en edad no laboral, lo que implica mayor fuerza de trabajo, generación de ahorros, mejoras en la inversión y mayor ingreso per capita. [27]


[24]

 Vera Bolaños,  M. (2000) op cit,  pág. 181-182

[25]

Rey Balmaceda, R.C., Bardomás, Silvia. Estructuras de la población argentina y su distribución geográfica. PRIGEO, CONICET-OIKOS, Buemnos Aires, 1985.  y Bolsi, A. Geografía de la población. Las estructuras demográficas, CEYNE, Buenos Aires, 1993

[26]

La pirámide Torre de Eiffel responde a una natalidad elevada, con una base dilatada. La disminución de la población a medida que avanzan las edades se realiza en forma rápida como producto de una mortalidad elevada, sobre todo en los niños. El grupo de pasivos transitorios es elevado mientras que el de pasivos definitivos es muy reducido. La pirámide triangular tiene una forma regular y compacta, con una base mas restringida que la anterior y una disminución regular y constante a través de toda la figura. Responde a una natalidad y mortalidad media y el nivel de reemplazo es óptimo. La pirámide campana presenta una base más angosta que la anterior resultado de una natalidad y mortalidad media a débiles. Se engrosa el grupo de activos, disminuyen los pasivos transitorios y aumentan los definitivos. La pirámide urna funeraria corresponde a sociedades maduras con natalidad y mortalidad débiles. Acusa un envejecimiento en la base con una elevada proporción de adultos y ancianos. La pirámide rectangular representa a poblaciones envejecidas y casi estacionarias con débil natalidad y mortalidad y casi nulo crecimiento natural. La pirámide yunque corresponde a poblaciones que han sufrido alteraciones por factores no demográficos. La doble rectángulo presenta una lata natalidad  y mortalidad, pero su rasgo distintivo es la concentración pronunciada que sufre la población activa a partir de los primeros años por efecto de la emigración. La de forma de pera presenta una disminución muy importante en la base como consecuencia de una baja en la natalidad por efectos de métodos de control, ya que el resto de la estructura se comportan en forma simétrica y con disminución escalonada. La de forma de gota presenta un vaciamiento de las edades jóvenes que resulta una natalidad casi nula, con un engrosamiento en las edades adultas y viejas. Las pirámides irregulares o atípicas presentan  una asimetría en los sexos y en las edades con profundas irregularidades y desequilibrios que impide su inclusión y clasificación precisa.

[27] Busso, Gustavo (2002) Vulnerabilidad. sociodemográfica en Nicaragua: un desafío para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.. Serie Población y Desarrollo, Nº29, Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), Santiago de Chile.  Pág. 39

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Instituto de Geografía (IGUNNE). Facultad de Humanidades. UNNE. Resistencia, Chaco. Argentina