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CAPACIDAD PRODUCTIVA DEL PEQUEÑO PRODUCTOR DEL CENTRO Y SUDOESTE CHAQUEÑO A FINES DE LOS 90. Su vulnerabilidad económica
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Otro indicador utilizado en el nivel tecnológico fue el uso de insumos y prácticas agrícolas e insumos y prácticas ganaderas, entre las primeras tenemos el uso de fertilizantes, agroquímicos, la práctica de la rotación, labranza cero, etc. y entre las segundas, el uso de antiparasitarios, pasturas cultivadas, suplementación, etc. Las prácticas más comunes en los pequeños productores fueron: la rotación y el uso de herbicidas, entre el 55 y el 65% y muy pocos el barbecho. Mas del 90 % de los colonos no tenía conocimiento de la labranza cero y muy pocos manifestaron que habían escuchado hablar de ella. En relación a las prácticas ganaderas, los porcentajes en general fueron muy bajos, como consecuencia de la ganadería es una actividad prácticamente destinada al autoconsumo y el número de cabezas por productor, tal cual lo vimos en párrafos anteriores, es escaso. También consideramos la variable equipamiento /(medio de transporte) , es decir la presencia de algún tipo de movilidad ya sea para transportar los productos obtenidos de su producción agrícola/ganadera o para trasladarse a los pueblos más cercanos en busca de mercaderías e insumos para su predio. Asimismo la presencia de algún medio de transporte constituye un indicador de la calidad de vida, ya sea para acceder a algún centro asistencial en caso de enfermedad o simplemente de usarlo con fines recreativos. Los resultados fueron los siguientes: solamente 21% productores tenían camionetas, la mayoría de ellas no funcionaba por falta de dinero para mantenimiento y por tratarse de modelos de 25 a 30 años de antigüedad, solo dos de ellas pertenecían a modelos de la década del ‘80. Algo similar sucede con los camiones, únicamente en cuatro predios nos encontramos con ellos, de los cuales dos eran de la década del ‘50 y dos del ’60, todos sin funcionar. Otro tanto ocurría con los pocos automóviles con que nos encontramos, cinco, pero solamente tres en funcionamiento; finalmente el medio de transporte y de carga más usado era el carro, el 54% de los pequeños productores disponían de él, la antigüedad de estos variaron desde el año 1945 hasta los años’90. Otra de las preguntas que incluimos en las encuestas para evaluar la marcha de las actividades agropecuarias en los últimos años fueron las inversiones; naturalmente que los resultados fueron muy desalentadores, solamente un productor compró unas pocas hectáreas, otro adquirió una mochila manual y 12 realizaron algunas mejoras, básicamente representadas por el alambrado de algunos sectores de sus predio, o la excavación de pozos de agua, o la reparación de corrales, entre los más comunes. Para sintetizar las características de la capacidad productiva del pequeño productor, tenemos que, en primer lugar las explotaciones estudiadas corresponden a dos departamentos de Centro y Sudoeste chaqueño (Independencia y General Belgrano), abarcando únicamente los predios de hasta 100 hectáreas, donde el promedio se ubica en las70 hectáreas. Los datos relevados en la muestra indican el predominio absoluto de los propietarios (100%). La actividad predominante es la agricultura, con un promedio de 32 hectáreas dedicadas a esta actividad. La mano de obra predominante es de tipo familiar, los predios con mano de obra exclusivamente familiar alcanzan al 74 % de la muestra. Los capitales con que cuentan los establecimientos son en general reducidos; las maquinarias, instalaciones y vehículos son antiguos, por dar el ejemplo del tractor, observamos que el 85 % de los pocos tractores que existen pertenecen a modelos anteriores al año 1980. Otro tanto ocurre con el parque automotor, los pocos que encontramos no funcionan por falta de mantenimiento. Con respecto a la tecnología, concluimos que las maquinarias son escasas, en solo uno de los predios se encontró que contaba con el equipamiento mínimo completo (arado, sembradora, cultivadora, mochila manual), el resto solo tenia uno o dos de ellos; por lo tanto para realizar la preparación y siembra de sus tierras recurren al préstamo o alquiler; asimismo pudo observarse que el parque de maquinarias era obsoleto. Lo mismo resultó con las prácticas e insumos tanto agrícolas como ganaderos, se practica lo elemental, creemos que esto se debe fundamentalmente a la falta de medios económicos pero también a la falta de información respecto a los nuevos insumos que existen en el mercado para obtener mejores rendimientos. Con respecto al mercado, pudimos observar que no se trata en general de un mercado diversificado, ya que una alta proporción de productores (95,6 %) venden su producción agrícola al acopiador, en tanto que los que se dedican a criar algunos animales los vende a los vecinos de los pueblos próximos o en muy pocos casos a los carniceros de la zona. Todas estas variables que acabamos de sintetizar, son las más representativas para evaluar la capacidad productiva del pequeño productor. Utilizamos otras variables, que si bien lo dijimos anteriormente no se relacionan con la capacidad productiva, si intervienen en la caracterización general del pequeño agricultor. La edad y nivel de educación del productor son variables asociadas; la edad es una característica personal que incide en el comportamiento, incluyendo decisiones relacionadas con el uso de determinadas prácticas agrícolas, uso de tecnología, etc. La edad media de los productores era de 57 años, si bien no se trata de edad demasiado avanzada, las condiciones económicas son las que impiden realizar algún tipo de inversión o mejoras en los establecimientos El nivel educativo está asociado a la edad, en general los productores de mas de 40 años de edad y que pasaron su infancia y adolescencia en zonas rurales con limitaciones para el acceso a la educación, tienen bajo nivel de escolaridad, los datos que recogimos nos dieron como resultado que el 73 % no completó la escuela primaria. Otras variable fue la denominada fuente de ingreso, el ingreso total del campesino está compuesto por ingresos parciales, sin embargo existen una o dos fuentes principales de obtención de dinero, alrededor de las cuales se estructuran los demás ingresos. La entrada de dinero proveniente de la venta de la producción agrícola es lo más importante, nos encontramos con que el 85% de los colonos, tiene a la explotación de la tierra como la principal fuente de ingreso, combinado en muy pocos casos, con los de origen pecuario. Pero también encontramos que existen otras fuentes de ingreso que ayudan a paliar la situación por la que están atravesando, el 67 % de las explotaciones tiene diferentes ayudas económicas, tales como jubilaciones, empleos relacionados con la administración pública como ser los maestros, changas ocasionales, ayudas familiares, peón, entre las más comunes. La migración de algunos integrantes del grupo familiar, en busca de trabajo fuera del campo, suele ser una estrategia para ayudar a engrosar los ingresos, pero en general no es muy significativo. En términos generales se puede decir que esta explotación tiene una base de corte agropecuario.. Conclusión A partir de la información recabada, hemos podido observar que en los últimos años el sector agrícola local, regional y nacional atravesó y atraviesa profundos e intensos problemas económicos que potencian el grado de vulnerabilidad económica de los pequeños productores de nuestra provincia. En relación a las características de la capacidad productiva del pequeño productor, señalamos en primer lugar, que las explotaciones estudiadas corresponden a dos departamentos de centro y sudoeste chaqueño (Independencia y General Belgrano), abarcando únicamente predios de hasta 100 hectáreas, con un promedio de 70 hectáreas. La actividad sobresaliente es la agricultura, con un valor medio de 32 hectáreas dedicadas a esta actividad. Con una mano de obra predominantemente de tipo familiar, alcanzando el 74 % de los predios de la muestra. El capital con que cuentan los establecimientos son en general muy reducidos; las maquinarias, instalaciones y vehículos son antiguos, por ejemplo, el 85 % de los escasos tractores que existen pertenecen a modelos anteriores al año 1980. Otro tanto ocurre con el parque automotor, los pocos vehículos encontrados no funcionan por falta de mantenimiento. Con respecto a la tecnología, concluimos que las maquinarias son escasas, en sólo uno de los predios se encontró que contaba con el equipamiento mínimo completo (arado, sembradora, cultivadora, mochila manual), el resto solo tenía uno o dos de ellos; por lo tanto para realizar la preparación y siembra de sus tierras recurren al préstamo o alquiler; asimismo pudo observarse que el parque de maquinarias era obsoleto. Lo mismo resultó con las prácticas e insumos tanto agrícolas como ganaderas; se practica lo elemental. Esto se debe fundamentalmente a la falta de medios económicos pero también a la escasa educación y a la falta de información respecto a nuevas técnicas y nuevos insumos que existen en la actualidad para obtener mejores rendimientos. En relación al mercado, se observa que no es en general diversificado, ya que una alta proporción de productores (95,6 %) venden su producción agrícola al acopiador, en tanto que los que se dedican a criar algunos animales los venden a los vecinos de los pueblos próximos o en muy pocos casos a carniceros de la zona. En cuanto al ingreso familiar, se rescató que el ingreso total del campesino está compuesto por ingresos parciales, sin embargo existen una o dos fuentes principales de obtención de dinero, alrededor de las cuales se estructuran los demás ingresos. La entrada de dinero proveniente de la venta de la producción agrícola es la más importante; el 85% de los colonos, tiene a su explotación como la principal fuente de ingreso, combinada en muy pocos casos, con los productos de origen pecuario. Pero también encontramos que existen otras fuentes que ayudan a sostener la situación en la familia; en el 67 % de los casos relevados existen diferentes ayudas económicas, tales como jubilaciones, empleos relacionados con la administración pública como ser los maestros, changas ocasionales, ayudas familiares y trabajo a destajo como peón, entre las más comunes. La migración de algunos integrantes del grupo familiar, en busca de trabajo fuera del campo, suele ser una estrategia para ayudar a engrosar los ganancias, pero en general no mostró ser muy significativa. En estas condiciones, nos encontramos con pequeños productores agropecuarios cuyo ingreso principal deriva de la venta de sus productos agrícolas, destinado a gastos vinculados con la misma producción y los que exigen la compra de alimentos básicos que no pueden ser cubiertos con la propia producción. Estos magros ingresos permiten calificar al pequeño productor como pobre rural, por cuanto necesita cada vez mayores esfuerzos para obtener el sustento diario. La falta de inversión, por parte de los gobiernos que se fueron sucediendo en el tiempo (mejoramiento de caminos, luz, agua potable, etc) trae aparejado niveles de vida poco dignos, donde las necesidades básicas no son cubiertas en su totalidad y con tendencia a incrementarse con el correr del tiempo. A partir de la información recabada, hemos podido observar que el sentido impuesto por los programas de ajuste, lejos de reencauzar el sistema económico de modo progresivo, potenció los problemas del subdesarrollo, creando nuevas y mayores restricciones al crecimiento de los distintos sectores de la provincia --incluido el agro--, ampliando las condiciones de inestabilidad económica.
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Instituto de Geografía (IGUNNE). Facultad de Humanidades. UNNE. Resistencia, Chaco. Argentina |