CAPACIDAD PRODUCTIVA  DEL PEQUEÑO PRODUCTOR DEL CENTRO Y SUDOESTE CHAQUEÑO A FINES DE LOS 90.

Su vulnerabilidad económica

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La Ocupación del Espacio

La actual distribución y tenencia de la tierra en nuestro espacio objeto de estudio, es el resultado de un proceso histórico, cuya valoración de las tierras y ocupación efectiva constituye un hecho relativamente reciente, ocurrido a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

El poblamiento sistemático del Chaco se inicia en el año 1870 cuando la consolidación de los poderes públicos nacionales permitió a los mismos concretar una labor de fomento. La organización político-administrativa, el arraigo de los inmigrantes, el establecimiento de las fuerzas militares y la distribución de la tierra fueron las medidas más importantes que crearon las condiciones adecuadas para la ocupación del territorio.

En las últimas décadas del siglo XIX se instalaron las primeras colonias agrícolas en el Oriente del Territorio chaqueño; pero el surgimiento de estos centros estuvo acompañado por la enajenación de grandes extensiones, por parte del gobierno. Este hecho, determinó la formación de grandes latifundios que abarcaron la mayor parte de las áreas factibles de ser ocupadas en esos años. A partir del año 1902 aproximadamente, con el avance hacia el interior, se crean numerosas colonias agrícolas y pastoriles, abandonándose el sistema de adjudicar tierras fuera de ellas.

Las primeras colonias agrícolas tuvieron un desenvolvimiento precario, debido fundamentalmente a la falta de incentivos para la actividad agrícola que se quería implantar y a las insuficientes comunicaciones. Otros de los factores adversos fueron el desconocimiento de los terrenos, las deficiencias en las mensuras y la mala administración. Estas falencias fueron más notorias en las concesiones otorgadas por el gobierno. En cambio, la situación fue diferente en la ocupación de las tierras fiscales del interior iniciada en 1907, donde pronto adquirieron una dinámica propia. Los factores decisivos fueron el tendido del ferrocarril [1] -eje civilizador y progresista, el avance de la frontera militar y la valorización de los cultivos. Las colonias instaladas en estos años pronto se poblaron y al mismo tiempo se generalizaron las ocupaciones espontáneas en áreas no subdivididas (Shaller, 1986).

Nuestro espacio de estudio, se ubica en las colonias agrícolas Nº 62 denominada Colonia Agrícola General Necochea en el departamento Gral. Belgrano y la Nº 59 Colonia Agrícola Pampa Oculta en el departamento Independencia (Instituto de Geografía, 1989). Este último, tiene como cabecera a la localidad de Campo Largo, creada el 11 de julio de 1921 por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional, pero el asentamiento de familias se remonta al año 1912 cuando se realiza la construcción de la línea del Ferrocarril Central Norte Argentino -hoy General Belgrano-. En el año 1918 llegaron desde la provincia de Corrientes los primeros colonos que se afincarían en estas tierras con sus respectivas familias, pero un año antes ya estaba establecido Don Jorge Traglio considerado uno de los primeros pobladores de Campo Largo[2] .

El departamento Gral. Belgrano, cuya cabecera es Corzuela [3] , también se crea por decreto del Superior Gobierno de la Nación el 11 de julio de 1921. Sin embargo, el pueblo fue creado el 30 de abril de 1917; si bien los señores Cantón y Zappa fueron los dueños de estas tierras, el primer colonizador fue el Señor Baltazar Benito. En el año 1923 cuando tan sólo existía la estación del ferrocarril, llegaron otros pobladores: Juan Zarza, Aquilino de Santelésforo, Francisco Dabove, de nacionalidad española, quienes se dedicaron a la siembra de maíz y algodón, antes de la mensura de esas tierras (Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Chaco, 1999).

Capacidad productiva.

Variables e indicadores

Los países de América Latina están enfrentando en la actualidad una profunda contradicción. Por un lado tienen una urgente necesidad de modernizar su agricultura, como única vía realista para lograr que ella sea eficiente, rentable y competitiva; y por otro lado, los gobiernos están disminuyendo el aporte de subsidios y créditos (y por ende de insumos y equipos) que tradicionalmente han sido propuestos para tecnificar y modernizar la agricultura.

Ante esta abrupta retracción del Estado, los agricultores inexorablemente tendrán que viabilizarse técnica y económicamente, a través de una mayor eficiencia y capacidad productiva, gerencial y organizativa con el agravante de que ésta deberá lograrse con menos créditos, insumos y equipos modernos; además, la agricultura rentable tendrá que ser sinónimo y consecuencia de agricultura eficiente, debido a que ya no existen subsidios para compensar ineficiencias productivas y gerenciales; sobrevivirán aquellos que se profesionalicen y que tengan actitudes y procedimientos empresariales como requisitos indispensables para lograr su rentabilidad y competitividad. (Lacki, 1995).

Las variables utilizadas para analizar la capacidad productiva del pequeño agricultor del Centro y Sudoeste Chaqueño fueron: superficie total, tenencia de la tierra, uso del suelo, producción agrícola-ganadera, mano de obra y nivel tecnológico.

Partimos de las variables tamaño y tenencia de la tierra, donde si bien nuestro objeto de estudio se centra en las pequeñas explotaciones cuya extensión no superan las 100 hectáreas, nos encontramos con predios cuya extensión no alcanza para la subsistencia familiar, es el caso de las parcelas agrícolas de menos de 5 ha cultivadas.

La extensión media de la superficie total de los 65 productores, es de es de 70 hectáreas, los predios más pequeños oscilan en las 12 y 15 hectáreas, y los más grandes alcanzan las 100 hectáreas. Para sintetizar el tamaño de las explotaciones agrupamos los predios en tres grupos para ver la proporción porcentual de cada uno de ellos respecto del total de la muestra (12 a 40 ha; 41 a 70 ha y de 71 a 100ha), tal cual lo muestra el gráfico.

Otra variable que nos interesó analizar fue el uso del suelo, relacionándolo con la producción, a los efectos de detectar fundamentalmente la actividad más importante en el establecimiento, representada por ejemplo por la cantidad de hectáreas cultivadas con los principales cultivos, si se practica la ganadería, la cantidad de cabezas y el destino de la misma, etc..

En primer lugar debemos mencionar la superficie total de cada uno de los usos del suelo en la muestra analizada. El resultado ha sido el siguiente: la superficie dedicada a la agricultura abarcó una extensión de 2359 hectáreas, la ganadera fue de 462 hectáreas y la superficie de monte nativo, sin explotar 1853 hectáreas. La proporción porcentual de estos usos del suelo son los siguientes:

La información recabada nos permitió obtener la superficie media de los distintos usos del suelo de cada uno de los predios, predominando la media dedicada a la agricultura.

 

Superficie media de Usos del suelo en hectáreas

Sup. media dedicada a la agricultura

35,2 ha

Sup. media dedicada a la ganadería

  7,1 ha

Sup. media de monte

28,6 ha

Sup. media de monte en explotación

  0,3 ha

 

Teniendo  la superficie dedicada a la agricultura de todos los productores, se obtuvo que el 64,6% de las hectáreas cultivadas se desarrolla en predios que oscilan entre las 3 y las 40 hectáreas; el 26,2% en campos de entre 41 y 60 ha y el 9,2% en superficies de entre 61 y 90 hectáreas.

Otro de los aspectos que estudiamos en este punto fue el régimen jurídico, nos encontramos con que no existen variaciones, por cuanto el cien por ciento de los predios están bajo el régimen de propiedad [4].

Producción agrícola-ganadera

Principales cultivos

Los productores agrícolas de la provincia del Chaco se han dedicado por muchos años al monocultivo del algodón, pero a partir de los años sesenta comienza la diversificación agrícola. En la provincia y en nuestra zona de estudio, se desarrollan una serie de cultivos, de los cuales siete u ocho son denominados “principales cultivos” -algodón, girasol, maíz, arroz, soja, sorgo granífero y trigo[5].

De éstos, cinco se desarrollan en las distintas parcelas encuestadas y es el cultivo de algodón el que mayor superficie ocupó respecto del total de los principales cultivos, le siguió la soja, el maíz, el girasol y por último el sorgo granífero.

Con relación a ambas campañas analizadas [6 se pudo observar que, a excepción del algodón y el sorgo, en la campaña 1997/98 las superficies sembradas superaron a las de la campaña 1995/96. Los datos correspondientes a las hectáreas (1.600, 1.500, etc.) representan la sumatoria de todas las hectáreas sembradas en los predios encuestados

 

Para el caso del algodón, en la campaña 1995/96 se lo sembró en 58 explotaciones de las 65, las cuales sumaron 1510 hectáreas (esta superficie sembrada representó el 74,9% del total cultivado); en tanto que en la campaña 1998/99 el número de predios disminuyó (55) al igual que la superficie total. El segundo cultivo en importancia, aunque con muchas hectáreas menos, fue la soja, que alcanzó en la campaña 1995/96 las 262 ha, cultivadas en solamente 6 explotaciones, alcanzando el 13 % de la superficie total; repuntando en la campaña 1998/99 con 292 ha en 8 establecimientos. Mucho menos importante fueron las superficies sembradas en los restantes cultivos, el sorgo granífero representó el 4,7 % de la superficie total, el maíz el 5,9 % y el girasol el 1,9 %; este último tuvo un significativo repunte, de las 31 ha sembradas en la campaña 1995/96 paso a 116 ha en 1998/99 (del 1,9 al 5,9% de la superficie total).

Estas variaciones observadas entre ambas campañas, referida a los cambios en las participaciones porcentuales de los cultivos, no escapa de las generales de la producción en la zona (Centro u Suroeste de la provincia del Chaco), por cuanto en los últimos años cultivos como la soja, el girasol, el sorgo granífero, permitieron la diversificación de la actividad en nuestra región.

 

Cultivos

1995 ha sembradas

Cant. de predios

1998 ha sembradas

Cant. de predios

Algodón

1510

58

1396

55

Sorgo Gran.

95

1

0

0

Maíz

119

12

148

15

Soja

262

6

292

8

Girasol

31

2

116

5

 

 

 

 

 

                 Fuente: EPPACh-01. N= 65  

Otro aspecto considerado en la agricultura, ha sido la comercialización de las cosechas, los resultados a los que arribamos han sido los siguientes: El 95,6 % de los productores agrícolas entregan sus cosechas al acopiador, quien le entrega a cambio, dinero en efectivo; un pequeño porcentaje de productores entrega sus cosechas a cooperativas y desmotadoras (4,4%). Si bien predomina el pago en efectivo, existe un pequeño porcentaje de productores (1,5%) que suelen obtener como forma de pago, la entrega de mercaderías. Es posible observar en la zona de estudio, la modalidad de acopiadores/comerciantes, esto es cuando, el acopiador posee un comercio de ramos generales y es quien a los largo del año provee (a manera de crédito/cuenta corriente) de mercaderías a los colonos, estos son los que les entregan la producción a cambio de las cuentas. Generalmente, se trata de agricultores cuya superficie sembrada es muy escasa, por lo que su ganancia, muchas veces  no alcanza para cubrir los gastos anuales y debe recurrir a otras fuentes de ingreso para hacer frente a su economía de subsistencia familiar.

Dentro de las actividades agropecuarias de los pequeños productores, nos pareció importante averiguar la cantidad de superficie dedicada a la horticultura, con vistas a aportar ingresos mediante la venta de sus productos, con gran asombro observamos que mas de la mitad de los colonos no tienen huertas, ni siquiera para su propio sustento; entre los que sembraban algunas hortalizas y verduras, predominaron las pequeñas superficies de un cuarto de hectárea, cuyo destino era únicamente el consumo familiar, predominando el cultivo de zapallos de distintas variedades.

La ganadería

La actividad agrícola, según se pudo apreciar es la actividad predominante, aunque no excluyente. En párrafos anteriores al hacer referencia a la superficie media de los distintos usos de suelo, observamos que la superficie dedicada a la ganadería es muy escasa, alcanzando una media de 7,1 hectáreas; esto es así como consecuencia de que se trata en términos generales de una ganadería de cría de tipo extensiva y destinada al autoconsumo y obtención de leche y sus derivados. Aquellos productores que tienen mayor número de cabezas de ganado vacuno, manifestaron destinarla a la comercialización, en cuyo caso la venta se realizaba a los vecinos de los pueblos próximos o en muy pocos casos a los carniceros de la zona. En el caso del ganado porcino y caprino, el destino es exclusivamente el consumo familiar; solamente uno de los encuestados tenia 8 cabezas de ganado equino, dijo destinarlos a la comercialización.

Del total de cabezas de ganado, el bovino es el que mayor proporción representó respecto del total de cabezas, con el 47.2%, distribuido en 35 productores es decir el 53 % del total; seguido por el porcino con un 19.9 %, que representan el 58% de los productores;  en tercer lugar el  caprino con 19.5%, esto es el 26 % de los colonos y finalmente equino con un 13.5 % respecto del total, este ganado es el que mayor número de productores lo criaba y representaba el 63%. Esto último se debía a que este ganado es utilizado como animal de tiro y representa la tracción animal utilizada para realizar la labor del agro.

A los efectos de ampliar el análisis, agrupamos los productores de acuerdo al número de cabezas de ganado vacuno –el de mayor proporción respecto del total- que tenían al momento de realizar la encuesta (año 2001). El resultado podemos apreciarlo en el siguiente gráfico, donde se advierte que la mayor proporción porcentual corresponde a los productores que no tienen ninguna cabeza de ganado bovino, el número de cabezas predominante está entre los 2 y 10 animales

Para sintetizar podemos decir que la cantidad de animales y especies es reducida y variada (chivos, cerdos, vacas, caballos) observándose alto nivel de rusticidad como deficiencia en la alimentación, lo que da como resultado animales de bajo peso y calidad.

Otro de los usos del suelo, está representado por la cantidad de hectáreas ocupadas por el monte nativo, a pesar de lo irracional que fue la explotación forestal en estas tierras chaqueñas, pudimos ver a través de las encuestas que solamente el 19 % de la superficie de monte está explotado. El mayor uso que se le da a la vegetación natural es el de la leña como  combustible para cocinar.

La siguiente variable corresponde a la mano de obra, es decir, las personas que se encargan de realizar las actividades en los establecimientos. Utilizamos cinco indicadores, de los cuales dos fueron los más representativos. Uno era el productor con su familia y el otro, el personal denominado trabajador por tanto, que serían los cosecheros [7]. Como nuestra encuesta se centró en las pequeñas explotaciones, la mayor parte de las actividades, inclusive la cosecha, la realizan los integrantes del grupo familiar con muy pocos ayudantes para la cosecha (4 o 5); en el caso de establecimientos donde la superficie sembrada es mayor a 40 has se observó que se utilizaban mayor número de trabajadores por tanto (cosecheros).

Veamos tres cuadros estadísticos donde simplificamos lo explicado:

Nº de cosecheros

Proporción porcentual

Sup. dedicada a la agricultura

15 cosech.

1,5

40 ha

20 cosech.

1,5

90 ha

30 cosech.

1,5

60 ha

49 cosech.

1,5

45 ha

50 cosech.

1,5

49 ha

 

 

Nº de cosecheros

Proporción Porcentual

ningún cosechero

73,8

1-10 cosech.

18,5

15 cosech.

1,5

20 cosech.

1,5

30 cosech.

1,5

49 cosech.

1,5

50 cosech.

1,5

 

Nº de personas en mano de obra familiar

Proporción porcentual

1-4  personas

84,6

5-9 personas

12,3

Fuente: EPPACh-01. N= 65

   

La siguiente variable utilizada para analizar la capacidad productiva fue el nivel tecnológico, es decir el tipo de equipamientos que posee el pequeño productor para realizar las labores agropecuarias.

Entre los primeros indicadores tenemos al tipo de tracción utilizada para realizar las actividades agrícolas, las encuestas nos indican que el 54 % de los colonos utilizan la tracción animal, fundamentalmente el caballo, para realizar la preparación y siembra de la tierra, el 43% usa tractor propio y resto utiliza tractor en alquiler. Coincidentemente, 41 de ellos tenían caballos (63%).

En relación a las características de los tractores, observamos que la mayoría de ellos son pequeños, de pocos caballos de fuerza y corresponden a modelos antiguos, los que nos habla a las claras de la escasa posibilidad que han tenido los colonos de cambiar su maquinaria. Del total de propietarios de tractores, 26 de los 65, el 85 % correspondió  a modelos de tractores que iban desde el año 1955 y 1980 y el 15% restante entre 1983 y 1997. Un 20 % aproximadamente de los colonos suele en algunas campañas, recurrir al alquiler de tractores.

Entre los implementos agrícolas más usados por los colonos encontramos: arado, rastra, sembradora, cultivadora, mochila manual, entre las más comunes, de acuerdo la proporción de colonos que las poseían. El siguiente gráfico muestra la proporción de productores que poseían estos implementos/maquinarias agrícolas.

 


[1]

La construcción del ferrocarril se inicia desde Barranqueras en 1909 y llega hasta Avia Terai (Departamento Independencia) en 1914. Allí se produjo el empalme con la línea que se tendía  desde Añatuya y Quimilí y atravesaba el Suroeste del Territorio. (Schaller, 1986)

[2]

El origen del nombre es exótico sin significado y valor histórico, tomó este nombre por que allí podía observarse el Fortín Las Chuñas (Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Chaco, 1999).

[3]

 

Corzuela debe su nombre a un cuadrúpedo rumiante  muy ligero que habitaba en la zona y que pertenece a la familia de los guasunchos, cérvido del género Mazama, (Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Chaco, 1999).

[4]

 

Cabe aclarar que la información para la elaboración de la muestra  fue obtenida del Padrón Valuatorio de Predios Rurales, proporcionado por la  Dirección de Catastro de la Provincia del Chaco, donde figuran únicamente los propietarios, por cuanto se trata de información utilizada para realizar las recaudaciones impositivas.

[5]

 

La denominación de “principales cultivos” se realiza en función a la mayor superficie cultivada y producción, respecto del total de los cultivos que se desarrollan en la provincia del Chaco. (Ministerio de la Producción. Dirección de Planificación, del Ministerio de ganadería y agricultura de la provincia del Chaco, 1999).

[6]

Decidimos tomar estas dos campañas para  apreciar si hubo diferencias entre ambas, por cuanto la campaña 1995/96 representó el récord histórico en relación a cantidad de hectáreas sembradas, en tanto que en el año 1998 la provincia del Chaco estuvo afectada por excesos hídricos, ocasionando graves daños al sector agropecuario  En el caso de la ganadería, interesa la cantidad de cabezas por tipo de ganado y el destino del mismo

[7]

Los otros indicadores utilizados en las encuestas fueron: número de personas en mano de obra familiar asalariada; número de personas contratadas (solamente se dio en dos establecimientos con 1 y 2 personas) y número de jornales pagados en forma transitoria (este tipo se dio en cuatro establecimiento y solamente se pagaron a 1 o 2 jornales en cada uno de ellos), este último tipo corresponde por ejemplo a los jornales pagados para realizar tareas como carpida, destronque, alambrado, entre las más comunes)

 

 

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Instituto de Geografía (IGUNNE). Facultad de Humanidades. UNNE. Resistencia, Chaco. Argentina