LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA Y EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO DEL CHACO MERIDIONAL

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INTRODUCCION

 

El presente trabajo forma parte de un proyecto en ejecución al que concurren varias disciplinas antropológicas y otras afines, tendiendo al estudio del Gran Chaco Meridional. Este proyecto, denominado “De las Historias Étnicas a la Prehistoria en el Gran Chaco” propone una investigación comparativa, regional y multidisciplinaria, haciendo historia desde los grupos sociales vivientes hacia el pasado, partiendo del punto de vista interno de esas sociedades para colaborar en la recuperación de sus historias étnicas (Braunstein et al, 2002).

En lo referente al campo de la arqueología, la historia de las investigaciones en la región se ha caracterizado por valiosas comunicaciones, aunque discontinuas y esporádicas, que pueden remontarse a comienzos del siglo XX de la mano de la misión sueca ¨Chaco-cordillera¨ (Nordenskiöld, 1903; von Rosen, 1957).

Hasta hace no mucho tiempo atrás, se mencionaba al registro arqueológico chaqueño por extensión y visto desde la periferia, relacionado con la Región de las Selvas Occidentales, la Región Chaco-Santiagueña y la Subárea del Nordeste argentino, siendo casi una constante hacer referencia a su desarrollo cultural en  vinculación con el Área Andina y/o Amazónica. Esta situación ha hecho lícito que se defina al Chaco Meridional como el ¨Agujero Negro¨ de la arqueología sudamericana (Braunstein et al, op cit). En la última década, gracias a los aportes de diferentes grupos de investigación, se ha comenzado a revertir esta situación y el registro arqueológico regional ha ido adquiriendo identidad propia.

Dadas las características propias del área –tales como la escasa información relativa a su extensión territorial y por lo tanto con evidencias culturales parciales- los lugares de asentamiento y la alfarería, constituyeron los indicadores fundamentales para reconstruir el proceso cultural general (Dougherty y Zagaglia, 1982; Calandra y Dougherty, 1991; Dougherty et al., 1992).

Con esta premisa se desarrollaron los primeros trabajos, abarcando el territorio en forma extensiva, antes que intensiva y localizada, lo cual nos mostró un espectro cultural multivariado correlacionable con los aspectos ambientales (De Feo et al., 2002). El incremento de los trabajos de campo y el análisis de la información obtenida permitieron un primer ordenamiento del área en tres sectores ecológico-culturales (Salceda y Calandra, 2003; Calandra y Salceda, 2004) que se interrelacionan a través de los cursos de agua principales o secundarios, activos o no en la actualidad. (fig. 1).

 

Figura 1. Mapa del Gran Chaco con sectorización Ecológico-Cultural (modificado de Naumann, 1999).

 

Las investigaciones intensivas, realizadas hasta el momento sólo en algunos asentamientos, en particular los ubicados en el extremo norte del Sector Central y en el Ribereño Paraguay-paranaense, nos llevan a una  etapa de la investigación que incluye la determinación de cambios desde una óptica temporal y un análisis ecológico más detallado, facilitando de este modo el planteo comparativo etnográfico-paleoetnográfico.

Los trabajos arqueológicos desarrollados en la región incluyen análisis de la ergología procedente de los sitios investigados (Calandra et al., 2000; Calandra et al., 2001; Calandra et al., 2003; Balbarrey et al., 2003; Calandra et al, 2004; Lamenza et al, 2005), de las relaciones con áreas vecinas (Calandra et al., 2003; Sempé et al., 2003; Calandra y Salceda, op cit), de los materiales faunísticos asociados (Salceda et al., 2000; Santini et al., 2003), de los modos de inhumación y restos óseos humanos involucrados (Colazo et al., 2001; Méndez et al., 2003; Colazo et al., 2004; Desántolo et al., 2005), así como trabajos de síntesis (Salceda y Méndez, 1999; Méndez et al., 2000; Tomasini et al., 2003; Calandra et al., 2002; Salceda y Calandra, op cit; Calandra y Salceda, op cit). También es importante destacar que en los últimos años se retomaron las investigaciones en el sitio arqueológico Km. 75, bajo la dirección de la Lic. Susana Colazo (Colazo y Guarino, 2005).

A partir de los datos éditos e inéditos, en concordancia con normas establecidas y explícitas convenidas en reuniones de trabajo entre especialistas (Primera Convención Nacional de Antropología–Segunda Parte, 1965; Tarrago y Núñez Regueiro, 1972; Calandra y Dougherty, 1984-85), se localizaron y caracterizaron culturalmente todos los sitios arqueológicos registrados hasta el año 2001(De Feo et al, 2002). Como concluyéramos en esa oportunidad, la elaboración de un mapa arqueológico requiere de constantes aportes y actualizaciones. Atender a esta problemática resulta de suma importancia como instancia inicial para la puesta en valor, gestión y difusión del patrimonio arqueológico regional.

Ante la constante búsqueda de recursos metodológicos que, mediante su incorporación efectiva, contribuyan a clarificar el conocimiento sobre los desarrollos de las sociedades pasadas en la región, consideramos a los Sistemas de Información Geográfica (SIG) como una herramienta fundamental, cuyo potencial dista de ser actualmente aprovechado en su totalidad.

Provenientes de campos como la Informática y la Geografía, no hay que dejar de tener en cuenta que los SIG son sistemas informáticos que solo nos serán de utilidad, mientras se defina un marco teórico y se utilicen para resolver problemas arqueológicos concretos (Barceló y Pallares, 1996). Aunque las primeras aplicaciones estuvieron vinculadas con los lineamientos teóricos de la arqueología espacial, hoy puede verse una vasta diversidad temática y conceptual en torno a su utilización, lo que permite minimizar los riesgos de la simulación informática y de una percepción exclusivamente determinista de las causas que rigen los patrones de asentamiento humanos.

La utilización de los SIG ha aumentado notablemente en los últimos 10 años. En nuestro país, día a día crece el número de colegas que implementan SIG en sus áreas y temáticas. De manera ilustrativa, en el marco del XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina, se generó un simposio específico para atender a la problemática del uso de los SIG en la Arqueología (Libro de Resúmenes del XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina, 2004) donde quedó plasmada la flexibilidad de la herramienta y la creatividad para su aplicación a los distintos problemas. La mayoría de las aplicaciones se refieren a una primera etapa de trabajo, donde los SIG son vistos como el entorno que permite referenciar geográficamente la información gráfica obtenida y relevada en los trabajos de campo, y combinarla con los datos alfanuméricos que dan cuenta de los distintos análisis efectuados sobre los sitios y los materiales presentes en ellos, organizados en planillas o bases de datos.

En la región que nos ocupa, una de las cuestiones principales era establecer y asentar una importante cantidad de sitios, algunos identificados espacialmente por los autores, y otros no; trabajando principalmente a una escala que podríamos denominar regional. Precisamente, una de las potencialidades de esta herramienta es la facilidad con que se pueden abordar las distintas escalas, pasando desde el nivel de sitio o localidad arqueológica, a una dimensión mayor, regional, donde se identifican distintos sectores ecológico-culturales.

Otra cuestión de importancia era la unificación de toda la información existente en la zona, en una base de datos general, y su previa corrección, homogenización y/o codificación, con miras a su posterior utilización en la construcción de mapas temáticos. En este sentido, es también muy relevante la ayuda de los sistemas en relación a la presentación de los resultados obtenidos por las investigaciones, y la posibilidad de una actualización eficiente.

Vista la importancia de la utilización de los SIG en el campo de la arqueología y respondiendo al problema concreto, presentamos los resultados de la incorporación de la información en un entorno SIG, conformando un Mapa Temático Arqueológico, y la propuesta de implementación de una aplicación Web para su constante actualización, gestión y fácil acceso para todos los interesados en la información referente al registro arqueológico regional.

a) Mapa Temático Arqueológico

La unidad principal para la confección de este mapa fue el Sitio Arqueológico. Según una definición comúnmente aceptada, un sitio arqueológico es un lugar donde pueden hallarse huellas de acción humana (Renfrew y Bahn, 2000). Siguiendo los lineamientos metodológicos expuestos en De Feo et al. (2002) y continuando con el ordenamiento que comenzara en la provincia de Formosa (Calandra y Dougherty, op cit; Dougherty et al., op cit) se construyó una base de datos con los sitios registrados hasta el 2001 (incluyendo las provincias de Chaco y Salta) y se actualizó con la información édita e inédita disponible hasta la fecha de esta presentación (Calandra et al, 2004; notas de campo Lic. Tobisch; notas de campo Lic Calandra; notas de campo Lic. Santini-Lamenza). Las referencias espaciales fueron unificadas, en los casos en que esto fue posible, a coordenadas geográficas en grados decimales. Los datos fueron incorporados a un SIG (ArcView GIS 3.2).

Como esbozáramos anteriormente, no se pudo identificar espacialmente la totalidad de los sitios que conforman el Mapa Arqueológico. De un total de 109 sitios registrados, el 57% no tenía referencias espaciales absolutas (fig. 2). Esto presentaba una dificultad, ya que los sitios referidos sólo por la cercanía con algún centro poblado conocido, no podrían ser ingresados en el sistema de la misma forma que los sitios con referencia espacial absoluta. En consecuencia, se generaron dos capas temáticas, una incluye a los sitios identificados y la otra a los sitios sin referencia espacial absoluta. Los sitios identificados se representan con puntos y las zonas de probable ubicación de los sitios sin referencia se representan con polígonos. Cada polígono está asociado a una tabla que contiene un subconjunto de dichos sitios. (fig 3). Con esta información se creo el Mapa Temático Arqueológico (fig 4)

Figura 2. Distribución porcentual de sitios con/sin referencia espacial absoluta

Figura 3. Tablas de los sitios con/sin referencia.

Figura 4. Mapa Temático Arqueológico

 


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Instituto de Geografía (IGUNNE). Facultad de Humanidades. UNNE. Resistencia, Chaco. Argentina