APLICACIÓN DE UN MODELO PARA EL Ordenamiento AMBIENTAL de un espacio rural sujeto a la presión del crecimiento urbano. ESTUDIO DE CASO |
Fase
III. PREDIAGNOSTICO
como
se ha mencionado en apartados anteriores, en la identificación de las
problemáticas se parte de un enfoque integrado y sistémico del paisaje,
con lo pretensión de brindar lineamientos para el ordenamiento ambiental
que el sistema territorial debe alcanzar. Para
dicho planteo se trabajó sobre dos grandes sistemas, el natural y el antrópico;
en el primero se tuvo en cuenta solamente aspectos físicos y biológicos
que caracterizan el comportamiento del área de estudio, sin por ello
pasar por alto la acción humana sobre los mismos. En cambio, el sistema
antrópico se organizó a partir de cuatros aspectos dinámicos e
interrelacionados entre sí: el productivo (explotación forestal,
ganadera, agrícola, hortícola e industrial), el inmobiliario, la población
y las infraestructuras y servicios. En
relación al sistema natural, tanto el aspecto físico como
el biológico presentan una fuerte degradación del medio ambiente,
resultado de la acentuación de procesos naturales (erosión, colmatación,
inundación) y la alteración de las formaciones vegetales originales a
través de la acción antrópica (dilapidación, sobreexplotación, avance
de invasoras, extinción). Con
respecto al sistema antrópico,
en el aspecto productivo, que
implica las actividades primarias y de transformación, la mayor parte de
los problemas identificados están relacionados con la degradación del
medio por sobreexplotación, erosión, compactación, contaminación y
enfermedades, sumados a la escasa rentabilidad económica productiva del
mismo por falta de coordinación y complementación de la explotación a
nivel predio, a lo que se añade la escasa transformación, preservación,
promoción y comercialización de los productos obtenidos. En
el aspecto inmobiliario se hace
referencia a los fines de ocupación del suelo. En el mismo, se observa
una alteración de las cualidades espaciales por una ocupación anárquica,
resultado de una acentuada especulación inmobiliaria, que responde, en
primer lugar, a un acelerado crecimiento demográfico y a una densificación
urbana por procesos migratorios de ámbitos rurales cercanos y de la
ciudad de Resistencia, y en segundo lugar, por su proximidad en distancia
y tiempo a esta última, la cual, en las décadas del 80 y 90 ha tenido un
rápido crecimiento de la población y del espacio urbanizado. Esta
problemática deriva en un loteo de tierras productivas, artificialización
del paisaje con praderas y bosques monoespecíficos de especies endógenas
y exógenas indistintamente, deficiencia de servicios e infraestructuras
existentes, situación que se profundiza por la ausencia de un proyecto de
planificación de expansión urbana y por la carencia de políticas
fiscales acordes al uso del suelo. En
el aspecto demográfico se
visualiza un crecimiento acelerado de la población, la que se concentra
en núcleos ubicados en los parajes Tres Horqueta, y El Tropezón y en el
pueblo de Colonia Benitez. Gran parte de esta proviene de ámbitos rurales
aledaños, donde las actividades agrícolas se encuentran en una situación
de crisis y recesión; aunque en los últimos años, como se comentó más
arriba, se observa una marcada tendencia de población proveniente del
AMGR en busca de esparcimiento o con fines residenciales, proceso acompañado
por un movimiento pendular por cuestiones laborales. En
el caso de la población local, se observa un número importante de
personas desocupadas con demandas insatisfechas de viviendas y servicio básicos,
lo cual genera asentamientos marginales, bajo condiciones de ilegalidad,
en áreas con riesgo de inundación, lo que pone en peligro la integridad
física de los mismos, situación que profundiza la presencia de bolsones
de pobreza, incrementando hechos delictivos y de inseguridad, tanto en los
bienes como en las personas en general. En
relación a la segunda, el posible incremento de los espacios urbanizados
a través de viviendas y, el creciente interés en adquisición
inmobiliaria con un fuerte loteo y artificialización de tierras
productivas sin un plan rector que las oriente, advierten para un futuro
próximo el carácter urbano de la zona con una densidad de saturación de
suelo muy importante, donde la capacidad de contención de los servicios e
infraestructuras se verán superadas, tornándose deficientes. Esta
situación, junto a la falta de coordinación de los actores locales,
profundizaría la especulación inmobiliaria alterando las cualidades
espaciales y la forma de vida de sus pobladores, a lo que se sumaría un
incremento de la confrontación entre vecinos por diferencias de intereses
y de costumbres. En
el aspecto de infraestructuras y
servicios, las problemáticas observadas son el resultado del marcado
crecimiento de la población y el acelerado aumento de las superficies
urbanizadas y construidas, complementadas con procesos de ocupación de
espacios rurales con fines productivos. Se observa que en ámbitos rurales
éstas no respetan la tendencia natural en la mayoría de los casos, por
ejemplo el trazado de caminos y alcantarillados deficientes que limitan el
escurrimiento del exceso hídrico. En cambio, en ámbitos urbanos se nota
la demanda insatisfecha de viviendas de planes sociales, la deficiencia en
el abastecimiento de agua potable, la limitada capacidad de contención
del sistema educativo y sanitario, y finalmente la carencia de servicios básicos
de cloacas, situación que demuestra una notoria pérdida en la calidad de
vida de los pobladores. Además
se percibe un descuido de los patrimonios culturales y naturales, por
aislamiento e indiferencia a los intereses de la comunidad por parte de
los principales actores sociales, o bien, de población inserta
proveniente de otros zonas que no se sienten representados por las mismas
pautas o ideales. Definitivamente
la falta de cohesión y coordinación, a nivel local, para el
mantenimiento y ampliación de infraestructuras y servicios impactan de
manera negativa en los sistemas estructurales del equipamiento
comunitario, acentuando la crisis en la calidad vida de la población. Finalmente, teniendo en cuenta lo tratado hasta aquí, se pueden proponer a través de árboles de objetivos posibles oportunidades para superar los problemas, es decir a partir de las situaciones conflictivas o de desequilibrio detectadas se formulan una serie de condiciones o situaciones esperadas en el futuro, que son deseadas y realizables en la práctica. |
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Instituto de Geografía (IGUNNE). Facultad de Humanidades. UNNE. Resistencia, Chaco. Argentina |