Materiales y Métodos
En esta segunda
etapa del proyecto continuamos trabajando con un documento
histórico clave para nuestra investigación: el documento de
viaje y mapa elaborado por Ximenez Inguanzo en el año 1789,
utilizado en varios trabajos de
Historia
y
Arqueología de la región con diversos objetivos (Abraham
y Prieto 1981, Chiavazza 2007, Chiavazza et al 2002, Vignati
1953).
Las cualidades de este documento para la
visualización de los aspectos culturales y naturales del
territorio en la segunda mitad del siglo XVIII han sido
mencionadas en diferentes trabajos (Abraham y Prieto 1981;
Chiavazza 2001, Chiavazza et al 2002). Justamente a partir de
las mismas se procedió a chequear la verosimilitud de su escala
y mención a lugares que permitieran emprender trabajos
arqueológicos ambientales (Chiavazza 2007). Así, un primer
trabajo vinculado con el presente (Hernández y Chiavazza 2008)
apuntó a precisar escalas espaciales entre aquel documento e
imágenes satelitales, las que fueron utilizadas en proyectos de
localización y análisis arqueológicos ambientales del sector del
río Desaguadero con resultados altamente satisfactorios (Chiavazza
y Prieto 2009).
Para cumplir con
el primer objetivo propuesto, recurrimos a la obtención de
imágenes a través del sitio web Global Land Cover Facility, de
la página de la Universidad de Maryland, EEUU, que autoriza la
descarga de archivos de imagen satelital de distintos formatos
con bandas incluidas, lo que nos permite componer la imagen de
acuerdo a nuestras necesidades.
En este sentido,
trabajamos sobre la carta histórica de primavera de 1789 a la
que superpusimos las siguientes imágenes:
-
imagen
satelital de 1989 (verano)
-
imagen
satelital de 2001 (otoño)
-
imagen satelital de 2006 (otoño)
Estas se
trabajaron con el software denominado ENVI 3.5 software
informático que permite visualizar las imágenes LANDSAT por
bandas y realizar composiciones de imágenes combinando
diferentes bandas.
La composición de
imágenes resulta significativa para nuestro proyecto debido a
que, según la combinación establecida, se reflejan diferentes
aspectos del territorio. En este sentido, el trabajo
cartográfico requiere de decisiones acordes a los intereses del
proyecto, por lo que se decidió trabajar con la combinación
banda 7/4/2 por su característica de resaltar
aspectos referidos a la vegetación y la humedad del terreno.
Respecto al
segundo objetivo propuesto, utilizamos el software ARC VIEW 3.2
para la digitalización de los aspectos culturales y naturales
representados en la carta histórica de 1789. Esto nos permitió
otorgarles el formato de shapes o cobertura temática e
independizarlos de la imagen histórica para integrarlos con su
correspondiente referencia espacial a las imágenes satelitales
y establecer comparaciones.
Mediante el
software Global Mapper versión 7.0 que permite la visualización
de los distintos formatos, trabajamos las imágenes obtenidas y
la carta histórica, con el fin de realizar mediciones y de este
modo identificar las variaciones entre los diferentes períodos.
Resultados
Las
características naturales y culturales que presenta la llanura
del este mendocino han sido analizadas por numerosos autores (Chiavazza
2001, González Díaz y Fauqué, 1993, Prieto, et al 1995, Prieto y
Chiavazza 2006, Regairaz y Barrera 1975; Rusconi 1962, etc.)
entre ellas ponemos énfasis
en el importante rol que
juegan los cursos de agua, dado el alto índice de aridez
existente
en la región. Estos cursos de agua actualmente no transportan
grandes caudales hacia la llanura, incluso, el caso del río
Mendoza es que durante largas temporadas permanece seco.
Trasladar esta situación al análisis del poblamiento en el
pasado podría dar lugar a equívocos. Las causas antrópicas de
este proceso se reconocen en el uso que se realiza en el oasis
irrigado de las aguas de los ríos cordilleranos, tanto para el
consumo urbano como para riego en la periferia urbana.
Sin embargo, históricamente lo
hicieron y generaron un extenso sistema hidrográfico permanente,
integrado al denominado sistema del Colorado-Chadileuvú, que
posibilitó la ocupación humana del sector de llanura, a pesar de
sus condiciones de marcada aridez.
Las tareas de
investigación arqueológica de campo desarrolladas a partir de la
orientación generada por el análisis de imágenes satelitales (Chiavazza,
2001, 2007) han permitido proponer que la ocupación humana del
sector de los humedales se presentó de modo intenso y permanente
desde hace 1.600 años antes del presente. Sin embargo esto
podría retrotraerse a etapas de unos 4.000 a 5.000 años más
antiguas en el contexto regional más amplio del noreste, cuando
experimentó cambios de curso de ríos y desarrollos de humedales
en sectores que actualmente carecen totalmente de agua (Sitio
Los Ponce PA46, Chiavazza 2007).
En el presente,
la densidad de población ha disminuido notablemente. Las causas
de este proceso son analizadas en detalle
en
otros trabajos (Cfr. Abraham y Prieto
1981, Prieto, M.R. 1982). Coincidimos con la idea de que como
causa antrópica principal a esta disminución en la densidad de
habitantes se presenta un marcado y sostenido proceso de
desarraigo y abandono, iniciado con la incorporación a la
encomienda en etapas coloniales (Chiavazza y Prieto 2009,
Rusconi 1962) y con el proceso de proletarización rural al que
fueron conducidos sus habitantes durante el período de
consolidación del Estado Argentino, iniciado el siglo XIX. El
marco ambiental de este proceso estuvo dado por la sostenida
ampliación de los sistemas de regadío en el oasis, lo que actuó
en desmedro del desarrollo de los humedales del norte.
Esta condición
de abandono y marginalidad que caracteriza a las poblaciones de
la llanura del noreste mendocino, es posible observarla
actualmente a través de la oferta de servicios que el Estado
ofrece en el área, nos referimos a escuelas, centros de salud,
establecimientos policiales, vías de comunicación, etc. La
notable ausencia de estos servicios básicos, han condenando a
sus habitantes aún más a una situación de marginalidad. En la
figura 3 puede observarse el sector noreste de la provincia como
un sector aislado, marginal y prácticamente carente de
servicios, consecuencia del escaso interés productivo del área
durante los sucesivos gobiernos del siglo XX (Abraham y Prieto,
1981). Incluso, al recorrer los puestos de la zona, es fácil
observar el mantenimiento de una economía pastoril tradicional,
centrada en la provisión de agua procedente de “pozos balde” (Triviño
1977).

Figura 3.
Localización a nivel provincial de servicios del Estado
El recurso agua se presenta como vital para la
subsistencia de las poblaciones en la región. Las variaciones en
la disponibilidad de este recurso fueron ya tratadas así como
sus consecuencias en diferentes trabajos (Abraham y Prieto,
1981, Chiavazza 2001, Chiavazza y Prieto 2009, Hernández y
Chiavazza, 2008, Prieto et al 1995, Prieto y Chiavazza 2006).
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