EL COMPORTAMIENTO TEMPORO ESPACIAL DE LOS MONTOS ANUALES DE PRECIPITACIÓN EN EL NORDESTE ARGENTINO – 1931/2005

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4.2. Variabilidad interanual de los Montos Anuales de Precipitación

Otra manera de cotejar la variabilidad de las precipitaciones, respecto de las tendencias de las mismas, es mediante el cálculo de las desviaciones desde la normal, es decir, la diferencia de los valores pluviométricos anuales en relación con el promedio del período considerado (Figura 5). La representación de estas diferencias mediante gráficos de barras, permite comprobar que la variabilidad de las precipitaciones es menor en el oriente del Nordeste (apenas llega al 50% en Posadas y Paso de los Libres), aumenta algo en el centro (escasamente se supera el 50 % en Sáenz Peña, Ceres y Rivadavia) y se acentúa marcadamente en el occidente (Santiago del Estero). Creemos que la escasa variabilidad que muestra Rivadavia es una consecuencia de lo incompleto de la serie. (9) 

Este tipo de procesamiento de la información también permite detectar la presencia de cambios en la variabilidad de las precipitaciones. En muchos trabajos se hace especial referencia al aumento en la variabilidad interanual de las lluvias, en relación con los mayores montos de las décadas de 1970/1980/1990 y a la mayor intensidad de las precipitaciones. No obstante en estas series normalizadas, no se denotan cambios manifiestos, sólo un leve aumento en los valores de las desviaciones, durante algunos años de las décadas 1970 y 1980 en Corrientes, Sáenz Peña y Santiago del Estero, mientras que se mantienen prácticamente constantes en Paso de los Libres y Ceres.

También se advierte que, salvo la estación Santiago del Estero que en el año 1974 alcanzó el 108%, las desviaciones escasamente superan el 50% durante todo el período de estudios.

Otra manera de estudiar las diferencias espaciales de la precipitación y comprobar su variabilidad temporal, es clasificar a las lluvias mediante cuantiles. Los cuantiles que dividen una muestra o población estadística en cinco partes o subconjuntos de igual tamaño, de modo que sus valores serán mayores o iguales que el 20, el 40, el 60 y el 80 % de los efectivos muestrales o poblacionales, reciben el nombre de quintiles. En el análisis de los totales anuales de la precipitación, los quintiles son los cuantiles más utilizados, pues su cálculo nos provee de umbrales que permiten establecer la clasificación, recomendada incluso por la Organización Meteorológica Mundial, de los meses o años en cinco categorías: meses o años muy secos, secos, normales, lluviosos y muy lluviosos. (10) 

Los quintiles anuales, calculados a partir de las series existentes (Figura 6) muestran la sucesión de años muy secos, secos, normales, húmedos y muy húmedos en el Nordeste Lo primero que se advierte es que la distribución de los años secos y húmedos no se presentan aislados, sino agrupados durante varios años seguidos. Esta disposición da origen a la alternancia de períodos secos y húmedos bastante marcados, que con diferente extensión e intensidad caracterizan al Nordeste de nuestro país, originando los períodos con déficit y excesos hídricos, que lo convierten en un área susceptible de riesgo natural, ambiental y social bastante frecuente. Nos permite confirmar al mismo tiempo, que con algunas variantes, la mayor sucesión de años secos y muy secos se encuentran en las décadas de 1930/1940/1970 y 2000, mientras que la de años muy húmedos y húmedos se concentra, fundamentalmente, en las décadas de 1980 y 1990. Las secuencias húmedas y muy húmedas por su parte, están comprendidas preferentemente entre los años 1950/55 y 1960/66 y 1975/80 a 1997/2000. La excepción la constituye Paso de los Libres durante el primer período, a la que se suman Santiago del Estero y, en menor medida Ceres.

La amplitud extrema de las oscilaciones de las precipitaciones en las estaciones del Nordeste (Tabla 5), pone de manifiesto que las cantidades anuales extremas de lluvia varían entre 659 mm y más de 2500 mm en el oriente, de 410 mm a 1700 mm en el centro y de 239 mm a 1100 mm en el occidente. A partir de estos montos determinó el coeficiente de fluctuación anual de las lluvias que es el cociente entre el mínimo y el máximo registro, de manera que el valor obtenido refleja cuántas veces el año más lluvioso de una serie es superior al año más seco. Los valores calculados demuestran que las menores fluctuaciones se manifiestan en el oriente donde la variabilidad es menor, aumentan en las estaciones del centro, en concordancia con el incremento de la variabilidad y se elevan abruptamente en el extremo occidental de la llanura chaqueña, indicando una marcada variabilidad.

Tabla 4. Valores Máximos y Mínimos de los Montos Anuales de Precipitación

Estación

Valor Mín.

AÑO

Valor Máx.

AÑO

Coef. Fluctuac.

Posadas

1029

1933

2583

2002

2,51

Corrientes

659

1944

2164

1986

3,28

Sáenz Peña

410

1937

1702

1986

4,15

Rivadavia

288

1936

968

1957

3,36

Paso de los Libres

821

1933

2323

1998

2,83

Ceres

486

1962

1408

1992

2,90

Santiago del Estero

239

1937

1163

1974

4,87

Del tratamiento estadístico de las series se desprende que los mínimos montos anuales se produjeron durante las décadas de 1930 y 1940, con la excepción de Ceres (1962), mientras que los valores máximos, con excepción de Rivadavia ) 1957) y Santiago del Estero (1974) se concentran durante las dos últimas décadas del siglo XX, en correspondencia con los eventos de El Niño ya mencionados.

5. Conclusiones

El análisis de las series históricas de los registros pluviométricos de las estaciones del Nordeste Argentino nos permitió bosquejar las siguientes conclusiones:

- los montos anuales de precipitación han fluctuado entre décadas marcadamente secas (1931/1940 y 1941/50) y décadas marcadamente húmedas o lluviosas (1981/90 y 1991/2000),

- los mayores diferencias en los promedios decenales se produjeron en las estaciones Posadas, Corrientes y Sáenz Peña durante la década 1981/90, en Paso de los Libres el aumento fue progresivo y paulatino, mientras que en Ceres y Santiago del Estero el salto se produjo en la década 1971/80.

- las tendencias lineales de los montos anuales son ascendentes en todas las estaciones analizadas, las de mayor peso en los montos anuales corresponden a las lluvias de verano y otoño,

- las tendencias polinómicas y promedios suavizados señalan períodos más lluviosos separados por períodos más secos,

- no se advierte por lo tanto, una tendencia definida y continua, ascendente o descendente de los montos pluviométricos, por lo que consideramos que no se trata de tendencias permanentes sino de ciclos naturales con fases temporalmente positivas y negativas, cuyo origen pareciera estar asociado a factores dinámicos, ligados a la circulación atmosférica.

Podemos concluir que las variaciones detectadas corresponden a “fluctuaciones climáticas”, es decir, modificaciones a corto y mediano plazo que provocan alteraciones temporales y espaciales en ambos sentidos, pero que mantienen al clima dentro de sus caracteres esenciales y no a un cambio climático, puesto que desde el punto de vista climático este concepto implica diferencias más marcadas en los valores registrados y mayor variabilidad de las lluvias, aspectos que no se evidencian en las series analizadas.

6. NOTAS

1. Casi todos estos trabajos fueron publicados en las Revistas METEOROS (editada por el Servicio Meteorológico Nacional) entre los años 1951 y 1955 e IDIA, (publicación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, y se citan en la Bibliografía.

2. Nos referimos, entre otros, a los siguientes trabajos: Capitanelli, R. (1955). Régimen de aridez de la provincia de San Luis; Capitanelli, R. (1956). Las clasificaciones climáticas y sus aplicaciones regionales; Capitanelli, R. (1960). Estadísticas y clasificaciones climáticas; Galmarini, A. y Raffo del Campo, J. (1963) Condiciones de aridez y humedad en la República Argentina; Bruniard, E. (1982) La diagonal árida argentina. Un límite climático real; Burgos, J. (1963) Las heladas en la Argentina; Hoffmann, J. (1971) Frentes, Masas de aire y Precipitaciones en el Norte Argentino.

3. Estos trabajos figuran en la Bibliografía adjunta.

4. A estas estaciones se agregaron dos más, que si bien están fuera de la región Nordeste, se encuentran localizadas próximas a ella, en el Chaco occidental: Rivadavia y Santiago del Estero. A pesar de no contar con la serie completa, se incluyó la estación Rivadavia (Pcia. de Salta), en primer lugar porque carecemos de estaciones localizadas en el occidente de la región NEA, y en segundo lugar, porque por su cercanía a la región, nos indicaría las condiciones pluviométricas del occidente de la planicie chaqueña, su ejemplo por lo tanto, nos serviría para comparar las semejanzas/diferencias existentes en el comportamiento pluviométrico entre el oriente, centro y occidente de nuestra área de estudio. Por las condiciones expuestas, también se incluyó la estación Santiago del Estero, que nos mostraría las condiciones extremas de precipitación que se pueden registrar en el límite occidental del NEA. Por el contrario, no se incluye en el trabajo la estación Las Lomitas, debido a que su serie comienza en 1941 y los datos de los años 2000 a 2005 se encuentran muy incompletos.

5. Originalmente los registros provienen de los Servicios Meteorológicos Nacionales de todo el mundo, los que posteriormente son revisados y corregidos para salvar errores tales como saltos o discontinuidades, debidos a cambios en los instrumentos y a la relocalización de las estaciones. El mayor inconveniente encontrado, consistió en la presencia de lagunas de datos, bastante extensas en algunos casos, especialmente a partir de la década de 1990, motivo por el cual se tuvo que recurrir al relleno de las mismas, utilizando el método de las proporciones porcentuales.

6. Como la recta de tendencia lineal normalmente muestra que algo aumenta o disminuye a un ritmo constante, hecho que no se observa en las series de precipitación, aún en aquellas estaciones con las tendencias más marcadas, también se incorporó a cada gráfico la curva de tendencia polinómica, línea curva que se utiliza cuando los datos fluctúan alrededor de un valor medio, tal como lo hace la precipitación.

7. Las figuras se han realizado teniendo en cuenta la localización de las estaciones y las variaciones espaciales de la precipitación, a manera de dos perfiles o cortes transversales de este a oeste y de norte a sur, que comprenden las siguientes estaciones: el 1º. Posadas-Corrientes-Sáenz Peña-Rivadavia, el 2º. Paso de los Libres-Ceres-Santiago del Estero.

8. Los resultados de la comparación de los campos de la precipitación media anual realizados por Hoffmann (1988) muestran que entre los períodos 1921/50 y 1971 /80 las isoyetas se desplazaron varios cientos de kilómetros hacia el oeste en la Mesopotamia y en la llanura Chaco-pampeana, a las que correspondía un período más lluvioso. Advierte también, que en 1971/80 la isoyeta de 800 mm ocupaba el lugar de la de 600 mm y la de 1000 mm ocupaba el lugar de la de 800 mm del período 1921/50, mientras que la de 1000 mm del período 1921/50 fue reemplazada por de 1400 mm durante las últimas décadas en el sur de Corrientes. Pérez (2007) también comenta acerca de los desplazamientos que sufrieran las isohietas de 600, 1000 y 1500 mm en el Norte de Argentina, concluyendo al igual que Bruniard (1990) que los mismos no se tratarían de tendencias permanentes sino de oscilaciones, avances y retrocesos correspondientes a décadas más húmedas y más secas, y también a entrecruzamientos que indican compensaciones, quedando delimitadas en cada caso, según Bruniard (1990) “áreas de migración dentro de las cuales se localizan los valores medios del período”.

9. En esta oportunidad hemos calculado las desviaciones desde la normal (anomalías) en función de las diferencias que presenta cada monto anual con el monto promedio de la serie completa, luego, estas diferencias absolutas (en mm.) se expresan en proporción porcentual del promedio, para salvar la amplitud de las diferencias absolutas y convertir el dato en un valor comparable. Los valores negativos indican las diferencias existentes por debajo del promedio del período, mientras que los positivos señalan aquellos que lo superan.

10. Esta clasificación es, obviamente, relativa a cada observatorio y presenta el mismo o parecido porcentaje de años en cada una de las categorías, es decir, un 20% serán años muy secos, otro 20% secos, etc., a partir de la cual pueden hallarse, para cada lugar, los umbrales que permiten calificar a un mes o a un año de muy seco, seco, etc. en ese mismo punto. Por el mismo motivo, los umbrales detectados pueden variar, aún para una misma estación, de acuerdo con la longitud de las series analizadas.

11. Determinar los períodos de sequía en las estaciones del Nordeste es una tarea bastante difícil, especialmente en lo que se refiere a los criterios a utilizar, debido a la amplitud de la variación existente en los montos mensuales entre el oriente y occidente de la región. Por este motivo, el criterio comúnmente utilizado para determinar la sequía climática cuando la precipitación es inferior al 50% de la media normal del mes, estación o año en particular, no se ajusta para todas las estaciones del Nordeste, en especial, para las localizadas en centro y occidente del área, debido a los ya de por sí bajos montos mensuales que presentan. De la misma manera sucede si consideramos la evapotranspiración potencial, que se ajusta muy bien para determinar períodos de excesos y déficit hídricos en el oriente del Nordeste, pero no para las estaciones del centro y occidente, ya que los elevados valores de evapotranspiración debido a la latitud, nos determina déficit hídrico durante todo el año.


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