4.2. Variabilidad interanual de
los Montos Anuales de Precipitación
Otra manera de cotejar la variabilidad de las
precipitaciones, respecto de las tendencias de las mismas, es
mediante el cálculo de las desviaciones desde la normal, es
decir, la diferencia de los valores pluviométricos anuales en
relación con el promedio del período considerado (Figura 5). La
representación de estas diferencias mediante gráficos de barras,
permite comprobar que la variabilidad de las precipitaciones es
menor en el oriente del Nordeste (apenas llega al 50% en Posadas
y Paso de los Libres), aumenta algo en el centro (escasamente se
supera el 50 % en Sáenz Peña, Ceres y Rivadavia) y se acentúa
marcadamente en el occidente (Santiago del Estero). Creemos que
la escasa variabilidad que muestra Rivadavia es una consecuencia
de lo incompleto de la serie. (9)
Este tipo de procesamiento de la información también permite
detectar la presencia de cambios en la variabilidad de las
precipitaciones. En muchos trabajos se hace especial referencia
al aumento en la variabilidad interanual de las lluvias, en
relación con los mayores montos de las décadas de 1970/1980/1990
y a la mayor intensidad de las precipitaciones. No obstante en
estas series normalizadas, no se denotan cambios manifiestos,
sólo un leve aumento en los valores de las desviaciones, durante
algunos años de las décadas 1970 y 1980 en Corrientes, Sáenz
Peña y Santiago del Estero, mientras que se mantienen
prácticamente constantes en Paso de los Libres y Ceres.

También se advierte que, salvo la estación
Santiago del Estero que en el año 1974 alcanzó el 108%, las
desviaciones escasamente superan el 50% durante todo el período
de estudios.
Otra manera de estudiar las diferencias
espaciales de la precipitación y comprobar su variabilidad
temporal, es clasificar a las lluvias mediante cuantiles. Los
cuantiles que dividen una muestra o población estadística en
cinco partes o subconjuntos de igual tamaño, de modo que sus
valores serán mayores o iguales que el 20, el 40, el 60 y el 80
% de los efectivos muestrales o poblacionales, reciben el nombre
de quintiles. En el análisis de los totales anuales de la
precipitación, los quintiles son los cuantiles más utilizados,
pues su cálculo nos provee de umbrales que permiten establecer
la clasificación, recomendada incluso por la Organización
Meteorológica Mundial, de los meses o años en cinco categorías:
meses o años muy secos,
secos, normales, lluviosos y muy lluviosos. (10)
Los
quintiles anuales, calculados a partir de las series existentes
(Figura 6) muestran la sucesión de años muy secos, secos,
normales, húmedos y muy húmedos en el Nordeste Lo primero que se
advierte es que la distribución de los años secos y húmedos no
se presentan aislados, sino agrupados durante varios años
seguidos. Esta disposición da origen a la alternancia de
períodos secos y húmedos bastante marcados, que con diferente
extensión e intensidad caracterizan al Nordeste de nuestro país,
originando los períodos con déficit y excesos hídricos, que lo
convierten en un área susceptible de riesgo natural, ambiental y
social bastante frecuente. Nos permite confirmar al mismo
tiempo, que con algunas variantes, la mayor sucesión de años
secos y muy secos se encuentran en las décadas de 1930/1940/1970
y 2000, mientras que la de años muy húmedos y húmedos se
concentra, fundamentalmente, en las décadas de 1980 y 1990. Las
secuencias húmedas y muy húmedas por su parte, están
comprendidas preferentemente entre los años 1950/55 y 1960/66 y
1975/80 a 1997/2000. La excepción la constituye Paso de los
Libres durante el primer período, a la que se suman Santiago del
Estero y, en menor medida Ceres.

La
amplitud extrema de las oscilaciones de las precipitaciones en
las estaciones del Nordeste (Tabla 5), pone de manifiesto
que las cantidades anuales extremas de lluvia varían entre 659
mm y más de 2500 mm en el oriente, de 410 mm a 1700 mm en el
centro y de 239 mm a 1100 mm en el occidente. A partir de estos
montos determinó el coeficiente de fluctuación anual de
las lluvias que es el cociente entre el mínimo y el máximo
registro, de manera que el valor obtenido refleja cuántas veces
el año más lluvioso de una serie es superior al año más seco.
Los valores calculados demuestran que las menores fluctuaciones
se manifiestan en el oriente donde la variabilidad es menor,
aumentan en las estaciones del centro, en concordancia con el
incremento de la variabilidad y se elevan abruptamente en el
extremo occidental de la llanura chaqueña, indicando una marcada
variabilidad.
Tabla 4.
Valores Máximos y Mínimos de los Montos Anuales de Precipitación
|
Estación |
Valor Mín. |
AÑO |
Valor Máx. |
AÑO |
Coef. Fluctuac. |
|
Posadas |
1029 |
1933 |
2583 |
2002 |
2,51 |
|
Corrientes |
659 |
1944 |
2164 |
1986 |
3,28 |
|
Sáenz Peña |
410 |
1937 |
1702 |
1986 |
4,15 |
|
Rivadavia |
288 |
1936 |
968 |
1957 |
3,36 |
|
Paso de los Libres |
821 |
1933 |
2323 |
1998 |
2,83 |
|
Ceres |
486 |
1962 |
1408 |
1992 |
2,90 |
|
Santiago del Estero |
239 |
1937 |
1163 |
1974 |
4,87 |
Del
tratamiento estadístico de las series se desprende que los
mínimos montos anuales se produjeron durante las décadas de 1930
y 1940, con la excepción de Ceres (1962), mientras que los
valores máximos, con excepción de Rivadavia ) 1957) y Santiago
del Estero (1974) se concentran durante las dos últimas décadas
del siglo XX, en correspondencia con los eventos de El Niño ya
mencionados.
5. Conclusiones
El análisis de las series históricas de los
registros pluviométricos de las estaciones del Nordeste
Argentino nos permitió bosquejar las
siguientes conclusiones:
- los montos anuales de precipitación han
fluctuado entre décadas marcadamente secas (1931/1940 y 1941/50)
y décadas marcadamente húmedas o lluviosas (1981/90 y
1991/2000),
-
los mayores diferencias en los promedios decenales se produjeron
en las estaciones Posadas, Corrientes y Sáenz Peña durante la
década 1981/90, en Paso de los Libres el aumento fue progresivo
y paulatino, mientras que en Ceres y Santiago del Estero el
salto se produjo en la década 1971/80.
- las tendencias
lineales de los montos anuales son ascendentes en todas las
estaciones analizadas, las de mayor peso en los montos anuales
corresponden a las lluvias de verano y otoño,
- las tendencias
polinómicas y promedios suavizados señalan períodos más
lluviosos separados por períodos más secos,
-
no se advierte por lo tanto, una tendencia definida y continua,
ascendente o descendente de los montos pluviométricos, por lo
que consideramos que no se trata de tendencias permanentes sino
de ciclos naturales con fases temporalmente positivas y
negativas, cuyo origen pareciera estar asociado a factores
dinámicos, ligados a la circulación atmosférica.
Podemos concluir que las variaciones detectadas corresponden a
“fluctuaciones climáticas”, es decir, modificaciones a corto y
mediano plazo que provocan alteraciones temporales y espaciales
en ambos sentidos, pero que mantienen al clima dentro de sus
caracteres esenciales y no a un cambio climático, puesto que
desde el punto de vista climático este concepto implica
diferencias más marcadas en los valores registrados y mayor
variabilidad de las lluvias, aspectos que no se evidencian en
las series analizadas.
6. NOTAS
1. Casi
todos
estos trabajos fueron publicados en las Revistas METEOROS
(editada por el Servicio Meteorológico Nacional) entre los años
1951 y 1955 e IDIA, (publicación del Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria, y se citan en la Bibliografía.
2. Nos
referimos, entre otros, a los siguientes trabajos: Capitanelli,
R. (1955). Régimen de aridez de la provincia de San Luis;
Capitanelli, R. (1956). Las clasificaciones
climáticas y sus aplicaciones regionales; Capitanelli, R.
(1960). Estadísticas y clasificaciones
climáticas;
Galmarini,
A. y Raffo del Campo, J. (1963) Condiciones de aridez y
humedad en la República Argentina; Bruniard, E. (1982) La
diagonal árida argentina. Un límite climático real; Burgos,
J. (1963) Las heladas en la Argentina; Hoffmann, J.
(1971) Frentes, Masas de aire y Precipitaciones en el Norte
Argentino.
3. Estos trabajos figuran en la Bibliografía adjunta.
4. A estas estaciones se agregaron dos más, que si bien están
fuera de la región Nordeste, se encuentran localizadas próximas
a ella, en el Chaco occidental: Rivadavia y Santiago del Estero.
A pesar de no contar con la serie completa, se incluyó la
estación Rivadavia (Pcia. de Salta), en primer lugar porque
carecemos de estaciones localizadas en el occidente de la región
NEA, y en segundo lugar, porque por su cercanía a la región, nos
indicaría las condiciones pluviométricas del occidente de la
planicie chaqueña, su ejemplo por lo tanto, nos serviría para
comparar las semejanzas/diferencias existentes en el
comportamiento pluviométrico entre el oriente, centro y
occidente de nuestra área de estudio. Por las condiciones
expuestas, también se incluyó la estación Santiago del Estero,
que nos mostraría las condiciones extremas de precipitación que
se pueden registrar en el límite occidental del NEA. Por el
contrario, no se incluye en el trabajo la estación Las Lomitas,
debido a que su serie comienza en 1941 y los datos de los años
2000 a 2005 se encuentran muy incompletos.
5. Originalmente los registros provienen de los Servicios
Meteorológicos Nacionales de todo el mundo, los que
posteriormente son revisados y corregidos
para salvar
errores tales como saltos o discontinuidades, debidos a cambios
en los instrumentos y a la relocalización de las estaciones.
El mayor inconveniente encontrado, consistió en la
presencia de lagunas de datos, bastante extensas en algunos
casos, especialmente a partir de la década de 1990, motivo por
el cual se tuvo que recurrir al relleno de las mismas,
utilizando el método de las proporciones porcentuales.
6. Como la recta de tendencia lineal
normalmente muestra que algo aumenta o disminuye a un ritmo
constante, hecho que no se observa en las series de
precipitación, aún en aquellas estaciones con las tendencias más
marcadas, también se incorporó a cada gráfico la curva de
tendencia polinómica, línea
curva que se utiliza cuando los datos fluctúan alrededor de un
valor medio, tal como lo hace la precipitación.
7. Las figuras se han realizado
teniendo en cuenta la localización de las estaciones y las
variaciones espaciales de la precipitación, a manera de dos
perfiles o cortes transversales de este a oeste y de norte a
sur, que comprenden las siguientes estaciones: el 1º.
Posadas-Corrientes-Sáenz Peña-Rivadavia, el 2º. Paso de los
Libres-Ceres-Santiago del Estero.
8. Los resultados de la comparación de los campos de la
precipitación media anual realizados por Hoffmann (1988)
muestran que entre los períodos 1921/50 y 1971 /80 las isoyetas
se desplazaron varios cientos de kilómetros hacia el oeste en la
Mesopotamia y en la llanura Chaco-pampeana, a las que
correspondía un período más lluvioso. Advierte también, que en
1971/80 la isoyeta de 800 mm ocupaba el lugar de la de 600 mm y
la de 1000 mm ocupaba el lugar de la de 800 mm del período
1921/50, mientras que la de 1000 mm del período 1921/50 fue
reemplazada por de 1400 mm durante las últimas décadas en el sur
de Corrientes. Pérez (2007) también comenta acerca de los
desplazamientos que sufrieran las isohietas de 600, 1000 y 1500
mm en el Norte de Argentina, concluyendo al igual que Bruniard
(1990) que los mismos no se tratarían de tendencias permanentes
sino de oscilaciones, avances y retrocesos correspondientes a
décadas más húmedas y más secas, y también a entrecruzamientos
que indican compensaciones, quedando delimitadas en cada caso,
según Bruniard (1990) “áreas de migración dentro de las cuales
se localizan los valores medios del período”.
9. En esta oportunidad hemos calculado las desviaciones desde la
normal (anomalías) en función de las diferencias que presenta
cada monto anual con el monto promedio de la serie completa,
luego, estas diferencias absolutas (en mm.) se expresan en
proporción porcentual del promedio, para salvar la amplitud de
las diferencias absolutas y convertir el dato en un valor
comparable. Los valores negativos indican las diferencias
existentes por debajo del promedio del período, mientras que los
positivos señalan aquellos que lo superan.
10. Esta clasificación es, obviamente, relativa a cada
observatorio y presenta el mismo o parecido porcentaje de años
en cada una de las categorías, es decir, un 20% serán años muy
secos, otro 20% secos, etc., a partir de la cual pueden
hallarse, para cada lugar, los umbrales que permiten calificar a
un mes o a un año de muy seco, seco, etc. en ese mismo punto.
Por el mismo motivo, los umbrales detectados pueden variar, aún
para una misma estación, de acuerdo con la longitud de las
series analizadas.
11. Determinar los períodos de sequía en las estaciones del
Nordeste es una tarea bastante difícil, especialmente en lo que
se refiere a los criterios a utilizar, debido a la amplitud de
la variación existente en los montos mensuales entre el oriente
y occidente de la región. Por este motivo, el criterio
comúnmente utilizado para determinar la sequía climática cuando
la precipitación es inferior al 50% de la media normal del mes,
estación o año en particular, no se ajusta para todas las
estaciones del Nordeste, en especial, para las localizadas en
centro y occidente del área, debido a los ya de por sí bajos
montos mensuales que presentan. De la misma manera sucede si
consideramos la evapotranspiración potencial, que se ajusta muy
bien para determinar períodos de excesos y déficit hídricos en
el oriente del Nordeste, pero no para las estaciones del centro
y occidente, ya que los elevados valores de evapotranspiración
debido a la latitud, nos determina déficit hídrico durante todo
el año. |