EL COMERCIO ALIMENTICIO EN ARGENTINA 2001-2006: ANÁLISIS TERRITORIAL DEL SECTOR SUPERMERCADISTA

THE NUTRITIOUS TRADE IN ARGENTINEAN 2001-2006: TERRITORIAL ANALYSIS OF THE SECTOR OF SUPERMARKETS

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Lic. Josefina, Di Nucci

Becaria CONICET. Centro de Investigaciones Geográficas (CIG). FCH. UNCPBA. Tandil. Argentina

Mgter. Santiago Linares

Becario CONICET. Centro de Investigaciones Geográficas (CIG). FCH. UNCPBA. Tandil. Argentina

Email: josedinucci@yahoo.com

 

RESUMEN

A partir del año 2001, la crisis y sus consecuencias se hicieron sentir en el comercio alimenticio y si bien es claro, que el supermercadismo y la concentración económica de los grupos de distribución en Argentina no se revirtió, se evidencia desde ese año y con mayor énfasis después de la devaluación (2002) un estancamiento y posterior decrecimiento del sector supermercadista argentino, para volver a crecer a partir del año 2005. Se presenta en este trabajo, un análisis profundo de la gran distribución (GD) en Argentina, en el periodo 2001- 2006, a través de los datos oficiales del INDEC correspondiente a la “Encuesta de Supermercados”, mostrando especialmente las diferencias territoriales resultado del uso diferencial y jerárquico del territorio argentino.

 Palabras claves:

 Territorio – comercio- supermercados- Argentina.

KEY WORDS:

Territory – trade – supermarkets- Argentinean.

Sumario:

  • Introducción

  • Consideraciones metodológicas

  • Transformaciones en el comercio supermercadista argentino entre los años 2001-2006.

  • Análisis territorial del sector supermercadista en Argentina 2001-2006.

  • Consideraciones Finales

  • Bibliografía

INTRODUCCIÓN:

Estudiar el comercio alimenticio desde el sector supermercadista, lleva a pensar que asistimos al proceso de globalización y modernización, que son especialmente visibles en el comercio de la mano de los grupos de distribución. Claramente este proceso, presenta una tendencia a la homogeneización de pautas, de costumbres, del consumo, etc., pero al mismo tiempo crea una gran cantidad de fracturas y heterogeiniza el espacio. De esta manera se considera que la globalización y la fragmentación son procesos conjuntos, aparentemente contradictorios y opuestos, que se dan de manera intensa y simultánea, en el período actual. “El proceso de globalización con sus flujos acentuadamente unidireccionales se desenvuelve sobre los patrones de crecimiento desigual que caracterizan la expansión capitalista: aunque pretende uniformizar culturalmente, esta lejos de homogeneizar el panorama económico-social tanto a nivel mundial como en el interior de cada nación. Al contrario, provoca incontables procesos de fractura o rompimiento en el espacio-tiempo semejantes a los generados por la cadena taylorista en el trabajo industrial. En este caso, la fragmentación espacio- temporal alcanza el espacio mundial.” (Uribe Ortega, G. 1997: 172).

En este sentido se afirma que “el conocimiento del territorio se torna indispensable dado la importancia de los procesos de globalización/fragmentación que se verifican en el mundo contemporáneo. El territorio, modernamente, no es entendido solo como límite político administrativo, sino también como espacio efectivamente usado por la sociedad y por las empresas (...). Todo pasa, pero los territorios, espacios efectivamente usados, permanecen” (Souza, M. A. de 2003: 18).

Entonces esta idea de “uso del territorio”, nos lleva a reconocer las diferentes capacidades y posibilidades con que los actores sociales, en este caso las empresas de la gran distribución, actúan según las posibilidades y obstáculos ofrecidos por el espacio geográfico, el cual por ser social tiene cargado la historia presente y pasada, y se encuentra en constante proceso de cambio y modificación. En este sentido las empresas usan de manera diferencial el territorio, a partir del dinamismo de la economía y de la sociedad y se crea un orden espacial a partir del uso del territorio que va a responder a un orden económico y a un orden social establecido.

El uso diferencial y jerárquico del territorio, va generando lo que M. Santos denomina los espacios luminosos y los espacios opacos. Las empresas más poderosas, ejerciendo su poder, eligen los puntos que consideran más competitivos, mientras que el resto del territorio es el espacio dejado a las empresas menos poderosas. En realidad existe toda una gama de lugares luminosos y de lugares opacos, disputados por empresas con diferentes grados de modernidad capitalista u organizacional.

Ahora bien, M. Santos (1996) señala que el desarrollo de la globalización en el período actual, necesita de dos brazos, la democracia de mercado y el neoliberalismo; en Argentina, estas condiciones poseen antecedentes desde mediados de los setenta con los gobiernos dictatoriales, se profundizan en los años noventa (con las reformas estructurales y el Plan de Convertibilidad) y se mantienen hasta la actualidad, posteriormente a la devaluación, la cual pareció haber modificado de raíz la economía argentina, pero en realidad su estructura no se modificó . Así J. Sevares (2002), afirma que “en 2001, el orden económico y social neoliberal iniciado en 1975 entró en una crisis profunda pero no terminal. La convertibilidad se derrumbó por sus propias contradicciones y fue sustituida por otro régimen cambiario. Pero el nuevo sistema, no modificó ningún aspecto esencial del orden imperante desde hace más de veinticinco años, como lo demuestra la distribución de beneficios entre los grupos económicos locales y extranjeros, las alianzas tejidas para administrar el cambio y finalmente, pero no menos importante, el alineamiento externo del gobierno interino” (Sevares, J. 2002: 6).

Desde fines del año 2001, con la salida de la Convertibilidad y la violentísima devaluación de la moneda nacional que llevó a que se desplomara el peso fuerte (sobrevaluado), Argentina atravesó una crisis de extraordinaria intensidad, con gravísimas perturbaciones financieras y cesación de pagos sobre parte de la deuda pública. Disuelto el espejismo, “la Argentina volvía a una situación de pobreza que -más allá de las ilusiones alimentadas por la mayor parte de los economistas durante la última década- se encontraba en línea con lo que cualquier observador podía apreciar a simple vista. El poder adquisitivo de la producción argentina en el mercado mundial no era el que indicaba el peso convertible” (Costa, et al. 2004: 2). A pesar de la multiplicación de la pobreza, el proceso devaluatorio fue vehículo para una extraordinaria transferencia de recursos en favor de algunos de los capitales más grandes que operan en la Argentina.

La devaluación inevitable, produjo enormes consecuencias, pero principalmente, redujo los salarios tanto en dólares como en términos de su poder de compra interno; trasladó al Estado una masa de recursos en forma de aranceles a las exportaciones primarias y a la diferencia entre ingresos crecientes y gastos fijos; y sentó las condiciones para una limitada sustitución de importaciones destinada al mercado doméstico. Esta crisis y sus consecuencias se hicieron sentir en el comercio alimenticio y, si bien es claro, que el supermercadismo y la concentración económica de los grupos de distribución en Argentina no se ha revertido, se evidencia desde el año 2001 y con mayor énfasis después de la devaluación (2002) un estancamiento y posterior decrecimiento de este formato a favor de los autoservicios (incluidas las tiendas de descuento) y de los comercios tradicionales de la alimentación (que incluye en estos años, los denominados “todo suelto”). Inclusive se presentan caídas en las ventas de los supermercados que no habían tenido precedentes desde la implantación de éstos en Argentina.

Se presenta en este trabajo, un análisis profundo del sector supermercadista Argentino en el periodo 2001-2006, el cual atravesó un ciclo de crisis profunda presentando importantes diferencias territoriales dentro del país (Se puede encontrar un análisis mas general y también de otros formatos del comercio como autoservicio, almacenes, comercios especializados. en los siguientes trabajos: Di Nucci, J. y Lan, D. 2007a y 2007b).

Consideraciones metodológicas

Respecto a los datos para estudiar el comercio en Argentina, existe  una sola fuente de información sistemática oficial que ofrece información sobre el denominado sector “supermercadista”. El INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), realiza la denominada “Encuesta de supermercados” de periodicidad mensual desde enero de 1997, que es representativa de la actividad de una nómina de empresas de supermercados que cuentan por lo menos con alguna boca de expendio cuya superficie de ventas supere los 300 m2.

El INDEC, publica mensualmente los Informes de prensa de la Encuesta de supermercados, por lo cual para utilizar los datos ofrecidos por este organismo, se han debido organizar y sistematizar dichos informes anualmente, desde 1997 a 2006.

De la información ofrecida por el INDEC, se han seleccionado para analizar algunas variables, éstas son: número de bocas de expendio; cantidad de cadenas; superficie de área de venta; ventas por m2, y ventas totales en miles de pesos. Para las primeras cuatro variables, se han agrupado los valores mensuales para cada año y calculado los promedios correspondientes, obteniendo de esa manera un valor representativo de estas variables que rescate las fluctuaciones mensuales durante un año. Para la variable “ventas totales en miles de $” se ha realizado una sumatoria de los valores mensuales para cada año respectivamente.

Ahora bien, el INDEC elaboró una edición “única” desde que se comenzaron a publicar los informes (enero de 2000) hasta la actualidad, denominada “Relevamiento anual de supermercados” (Información de prensa publicada el 26/2/2004) donde se presentan con mayor desagregación los datos, se diferencia a las cadenas según su tamaño, en dos tipos, cadenas grandes y cadenas medianas y a éstas por tamaño de las bocas. Estos datos ofrecidos por el INDEC corresponden a dos momentos: “mayo de 1999” y “mayo de 2003”, que coinciden con dos situaciones bien diferentes en el país y en el sector “supermercadista” en particular, por lo que resulta interesante analizarlos ya que es la única información de la brindada por el INDEC que permite realizar algunas diferenciaciones hacia el interior del formato supermercado.

Para el INDEC entonces, las cadenas pueden ser “grandes” o “medianas”, considerando que las primeras facturan (al momento de su inclusión en la encuesta) más de $20 millones por mes, y las segundas son las que facturan hasta dicho valor.

El INDEC, diferencia a las bocas de expendio según su superficie de venta de la siguiente manera: bocas de hasta 500 m²; bocas entre 501 y 1000 m²; bocas entre 1001 a 4000 m² y bocas de más de 4000 m². De esta manera, un supermercado es todo formato que posea más de 300 m² en su superficie de venta, lo cual incluye a los hipermercados (que se corresponderían con las bocas de más de 4000 m²), a los supermercados (pudiendo incluir a las bocas entre 501 a 4000 m²)  y también a los formatos denominados como autoservicios (bocas de hasta 500 m²), aunque existen autoservicios tipo Tiendas de Descuento (Hard Discount) o independientes, que pueden tener menos de 300 m², y que entonces no son tomados en el relevamiento efectuado por el INDEC.

El nivel de cobertura del relevamiento en términos de superficie de los salones de ventas, es el siguiente:

   
 

Desde el año 2001, el INDEC presenta algunas variables diferenciando según estas “unidades espaciales”, lo que permite analizarlas territorialmente; claramente el grado de agregación o desagregación espacial tomado, responde al grado de concentración espacial de las principales cadenas de supermercados. Respecto a las unidades espaciales, se debe mencionar que desde el año 2003, el INDEC, separa de la denominada “otras provincias del norte”, a la provincia de Salta y comienzan a presentarse los datos de manera diferencial.

Ahora bien, este relevamiento, realizado por el INDEC no toma en cuenta a los formatos menores, por lo cual es necesario mencionar que al ser éstos los únicos datos oficiales, en Argentina en general, se estudia y se evalúa la situación del comercio minorista de la alimentación a través del análisis único de los supermercados (aunque esta estadística hace referencia en algunas oportunidades a lo sucedido en los demás formatos, especialmente en los comercios tradicionales).

Para la geografización de la información se usan Sistemas de Información Geográfica que permite la digitalización, ingreso, procesamiento y análisis de datos para la posterior presentación de los resultados mediante el diseño y elaboración de cartografía temática correspondiente. Se han elaborado “mapas de símbolos graduados”, que demuestran a partir del tamaño de una variable visual seleccionada las diferencias entre valores o cantidades (absolutos o porcentuales), como por ejemplo “número de bocas de expendio según unidades de análisis”. También se han elaborado “mapas con gráficos”, a partir de los cuales es posible analizar el comportamiento de múltiples variables y de series temporales, empleando para ello gráficos de barras y de sectores circulares, que hacen referencia a las unidades espaciales seleccionadas para este análisis. Por ejemplo se ha analizado la “variación por m2 entre los años 2001-2006”, y “participación (%) en el total de las ventas de los supermercados según unidades espaciales”.

 


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