LA PREVALENCIA Y DIFUSIÓN DE LA TUBERCULOSIS EN EL CHACO Y LA CIUDAD DE RESISTENCIA

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Historia de la Tuberculosis

Para analizar la historia de la TB seguiremos a varios autores (http://www.umdnj.edu/~ntbcweb/history.htm). En pocas enfermedades es posible documentar su estrecha relación con la Historia de la propia humanidad como en la que nos ocupa. Existen evidencias paleológicas de TB vertebral en restos neolíticos precolombinos, así como en momias egipcias que datan aproximadamente del año 2400 a.C.

Quizá la primera "cita bibliográfica" que podemos hallar en relación a ella se encuentre en los libros del Antiguo Testamento, donde se hace referencia a la enfermedad consuntiva que afectó al pueblo judío durante su estancia en Egipto, tradicional zona de gran prevalencia de enfermedad.

En Europa se convirtió en un problema grave en el momento en que el hacinamiento en los medios urbanos asociado con la Revolución Industrial generó circunstancias epidemiológicas que favorecieron su propagación. En los siglos XVII y XVIII la TB fue responsable de una cuarta parte de todas las muertes en adultos que se produjeron en el continente europeo (la palabra TB ha sido uno de los grandes "tabúes" en la historia de la cultura occidental).

El médico inglés Benjamín Martenl, en su obra “A New Theory of The Comsumption” fue el primero en aventurar que la causa de la TB podría ser una "diminuta criatura viviente", que, una vez en el organismo, podría generar los signos y síntomas de la enfermedad.

Fue Robert Koch, en 1882, al utilizar una nueva técnica de tinción, el primero que pudo ver al bacilo. En el año 1895 Wilhelm Konrad von Rontgen descubre la radiación que lleva su nombre, con lo que la evolución de la enfermedad podía ser observada.

Con el conocimiento del agente causante y el mecanismo de transmisión proliferó la aparición de los famosos sanatorios, con los que se buscaba, por un lado, aislar a los enfermos de la población general interrumpiendo la cadena de transmisión de la enfermedad, y por otro, ayudar al proceso de curación con la buena alimentación y el reposo. Pero no fue hasta 1944, en plena II Guerra Mundial, con la demostración de la eficacia de la estreptomicina, cuando comienza la era moderna de la TB, en la que el curso de la enfermedad podía ser cambiado. En el año 1952 tiene lugar el desarrollo de un agente mucho más eficaz: la isoniacida. Ello hace que la TB se convierta en una enfermedad curable en la mayoría de los casos.

La Rifampicina, en la década de los 60, hizo que los regímenes terapéuticos se acortaran de una forma significativa.Se produjo un descenso progresivo de casos hasta mediados de los 80, en los que la irrupción del sida, la inmigración desde países en los que la enfermedad es muy prevalente (no hay que olvidar que la TB es un problema global de la humanidad, de difícil solución con medidas de "fronteras adentro"), la formación de bolsas de pobreza y situaciones de hacinamiento, el impacto en los adictos a drogas por vía parenteral, junto con la escasez de recursos sanitarios, han hecho de la TB un problema creciente, con la adquisición y propagación epidémica de nuevos casos.

 

Características epidemiológicas de la enfermedad

La TB es causada por bacterias pertenecientes al complejo de Mycobacterium Tuberculosis infectando a un número estimado de 20 a 43% de la población mundial. Al año, más de 2,9 millones de personas mueren por la enfermedad en todo el mundo. Se presenta en forma desproporcionada entre personas en poblaciones con desventajas, como desnutridos, desvalidos, indigentes, marginados, y otros individuos que habitan aglomerados en hogares con condiciones deplorables. Existe una producción cada vez mayor de TB entre individuos infectados con HIV / SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).

Esta enfermedad suele asentar en los pulmones, pero en el 33% de los casos afecta a otros órganos. La infección con Mycobacterium Tuberculosis se inicia cuando una persona susceptible inhala gotitas dispersas en el aire cuyos núcleos contienen organismos viables. Los bacilos de la TB que alcanzan los alvéolos son fagocitados por macrófagos alveolares, y se produce infección cuando las bacterias inoculadas escapan de la actividad microbicida de estos macrófagos. Una vez que se establece la infección, se produce en forma típica, su diseminación linfática y hematógena, antes de que se desarrolle una respuesta inmunitaria eficaz. En esta etapa de la infección, llamada TB primaria, suele ser clínica y radiográficamente silenciosa (Tierney, 2006: 249).

Los individuos con esta infección de TB latente no tienen una enfermedad activa y no pueden transmitir los organismos a otras personas. Sin embargo, es posible que la infección se reactive si se produce deterioro en las defensas inmunitarias del huésped. Cerca del 10% de los individuos con TB latente que no recibe terapia preventiva, desarrollará TB activa durante el transcurso de su vida y en la mitad de los casos esto sucede dentro de los dos años siguientes a la infección primaria. Hasta un 50% de los pacientes infectados con el virus del HIV desarrollará TB activa en un plazo de dos años posterior a la infección con el bacilo de la TB. Diversos trastornos, como la gastrectomía, silicosis y diabetes mellitus y estados acompañados de depresión inmunitaria se relacionan con aumento en el riesgo de reactivación. En cerca del 5% de los casos, la respuesta inmunitaria es inadecuada y el huésped desarrolla TB primaria progresiva, acompañada por síntomas pulmonares y constitucionales. Además aumentó el porcentaje de pacientes con presentaciones atípicas, en particular ancianos, pacientes con infección por HIV y aquellos que habitan en asilos (Tierney, 2006: 250).

 

Situación de la Tuberculosis a nivel mundial y regional

La TB se constituye en un auténtico problema de salud pública, tanto a nivel local, nacional como mundial, por lo que es necesario analizar su situación epidemiológica actual que es muy importante para comprender correctamente esta enfermedad. Este análisis se realiza examinando los principales indicadores que son la tasa de prevalencia, incidencia y mortalidad o letalidad (1).

Según los datos de la OMS, en el período 2000-2007, la prevalencia de esta enfermedad es la que se puede apreciar en el gráfico 1. Como podemos observar el promedio mundial, inferior a 200 por cien mil habitantes, con tendencia descendente, es el resultado del comportamiento de la enfermedad en todos los continentes. El continente africano presentaba una tendencia ascendente hasta el 2003, descendió a una tasa de 400 y se mantuvo en este valor hasta el 2007. En el otro extremo, la región europea presentaba tasas que, al iniciar el período analizado, alcanzaban el valor de 53 por cien mil habitantes y su marcha descendente culminó con un valor de 37 en 2007.

Gráfico 1. Fuente: OMS. www.who.int/es/

En cuanto a la incidencia, según estimaciones de la OMS, la Región de Asia Sudoriental registró el mayor número de nuevos casos de TB, correspondiéndole el 34% de la incidencia mundial. Sin embargo, la tasa de incidencia estimada en el África subsahariana es casi el doble que en la Región de Asia Sudoriental, con cerca de 350 casos por 100 000 habitantes. En el año 2001 se informó a la OMS  de más de 3.8 millones de casos de TB que incluyeron todas las formas (pulmonar y extrapulmonar). El 90% de ese total provenían de países en desarrollo. Sin embargo, ante el bajo nivel de detección  y los informes incompletos, los casos registrados representan solo una fracción del total. Se ha calculado que en el 2005 se produjeron en el mundo 8.8 millones de casos nuevos de la enfermedad, 95% de los cuales surgieron en países en desarrollo de Asia (4,9 millones), África (2,6 millones), Oriente Medio (0.6 millones) y América Latina (0.4 millones). También se ha estimado que en el año 2005 se produjeron 1.6 millones de fallecimientos por TB, 95% de los cuales se produjeron en países en desarrollo.

Gráfico 2. Fuente: OMS. www.who.int/es/

En 2005, la incidencia estimada de TB por habitante era estable o decreciente en las seis regiones de la OMS. No obstante, esa lenta disminución está contrarrestada por el crecimiento de la población. Como consecuencia, sigue aumentando el número de nuevos casos por año a escala mundial y en las regiones de la OMS de África, el Mediterráneo Oriental y Asia Sudoriental.

La TB es poco frecuente entre los jóvenes adultos de origen europeo, que sólo rara vez han estado expuestos durante los últimos decenios, a la infección por el Mycobacterium Tuberculosis. Sin embargo, esta enfermedad ha reaparecido en Europa, causando un importante problema en salud pública, debido ante todo a los casos registrados en inmigrantes procedentes de países con una gran prevalencia de la enfermedad. En cambio, debido al alto riesgo que existió tiempo atrás, la prevalencia de la infección tuberculosa es bastante alta entre los ancianos de origen caucásico, quienes siguen estando más expuestos a padecer una TB activa.

Las tendencias recientes de la enfermedad en países emergentes denotan estabilidad, casi sin disminución de la frecuencia, con dos excepciones. En primer lugar, en los países africanos del sur del Sahara, la epidemia cada vez más amplia de infección por HIV ha hecho que se duplique y aun se triplique el número de casos de TB registrados en los últimos 15 años. En segundo lugar, en países de la antigua Unión Soviética y en Rumania el número de casos ha mostrado un aumento al doble o triple en los últimos 10 años, principalmente a causa del deterioro de la situación socioeconómica y de la infraestructura asistencial (Harrison, 2007).

En cuanto a la mortalidad o letalidad de la enfermedad se calcula que 1,6 millones de personas murieron por TB en 2005, siendo la región africana la que registró el mayor número de muertes y de mortalidad. La epidemia de TB en África avanzó rápidamente en los años 1990, pero el crecimiento se ha frenado poco a poco cada año, y ahora las tasas de incidencia parecen haberse estabilizado o haber comenzado a descender. En el gráfico siguiente podemos apreciar que el continente africano presenta la mayor tasa de mortalidad entre 79 y 87 defunciones por cien mil habitantes en el período considerado con tendencia ascendente, esta región es seguida por Asia, Oceanía, Sudamérica, Norteamérica y Europa, en esta última región las tasas pasaron de 6 a 5 defunciones por cien habitantes con marcha descendente

Gráfico 3. Fuente: OMS. www.who.int/es/

La OMS y sus socios internacionales han creado el Grupo de Trabajo sobre TB/VIH con el fin de desarrollar una política mundial de control de la TB relacionada con la infección por el VIH cuyo principio se asienta en la lucha contra ambas infecciones para combatir su combinación letal. La política interna sobre actividades de colaboración TB/VIH describe pautas para crear mecanismos de colaboración entre los programas de TB y VIH y reducir las cargas de TB en la población y de infección por VIH en pacientes tuberculosos.

 

 

 


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