Inundaciones de llanuras
Se planteaba
en el objetivo general del trabajo, las inundaciones de llanuras
como el fenómeno natural que se ha transformado en una
problemática central para esta localidad debido esencialmente a
sus elevados niveles de vulnerabilidad de más manifiesta.
En el Simposio
sobre Inundaciones en la República Argentina llevado a cabo en el
año 2000 en la ciudad de Resistencia Chaco, el Ing. Carlos Paoli
decía, “Las perdidas ocasionadas por las inundaciones constituyen
un serio problema para nuestro país, para el resto del mundo, y en
especial para nuestra región; estas se deben esencialmente a la
ocupación de los valles fluviales y fundamentalmente de las
llanuras aluviales de inundación, ambas situaciones plantean una
grave disyuntiva, por un lado son sitios que atraen a la población
para desarrollar las actividades humanas, pero por otro lado estas
se encuentran permanentemente sujetas al riesgo de inundación. A
pesar de las pérdidas que anualmente se producen por crecidas de
diferentes magnitudes y de los esfuerzos que se realizan para
disminuir las mismas, los resultados muestran que la ocupación de
estas tierras es creciente y como consecuencia aumentan los
daños.”
Las
inundaciones son un evento natural y recurrente para un río.
Estadísticamente, los ríos igualarán o excederán la inundación
media anual, cada 2,33 años (Leopold et al., 1984). Las
inundaciones son el resultado de lluvias fuertes o continuas que
sobrepasan la capacidad de absorción del suelo y la capacidad de
carga de los ríos, riachuelos y áreas costeras. Esto hace que un
determinado curso de aguas rebalse su cauce e inunde tierras
adyacentes. Las llanuras de inundación son, en general, aquellos
terrenos sujetos a inundaciones recurrentes con mayor frecuencia,
y ubicados en zonas adyacentes a los ríos y cursos de agua. Las
llanuras de inundación son, por tanto, "propensas a inundación" y
un peligro para las actividades de desarrollo si la vulnerabilidad
de éstas excede un nivel aceptable. (OEA, 1993. Cap.8: 2)
Desde el punto
de vista antrópico podemos decir que en fenómenos de este tipo, se
conjugan tres elementos que determinan una situación de
inundación: el origen o las fuentes de agua, las características
naturales del medio físico, y el tipo de uso y ocupación del
espacio. El régimen de lluvias de cada zona o región da lugar a la
presencia de montos de agua habituales o de extremos tanto de
excesos como de déficit que producen fenómenos naturales de
crecidas y estiajes de los cursos de agua que a la vez pueden dar
lugar a situaciones de inundaciones o sequías. (Paoli, 2000)
Conforme a
esto podemos agregar, que las inundaciones son el resultado de la
combinación de factores meteorológicos y geomorfológicos, de
manera que una precipitación puede o no causar una inundación,
según las condiciones geomorfológicos sobre las cuales se
produzca. (Popolizio, 2000) En nuestro caso particular debemos
mencionar que ocupamos el valle de inundación de tres cursos de
agua, y a su vez tres niveles de terrazas fluviales diferentes,
localizándose así la Ciudad de Resistencia en la T2 y Pto. Vilelas
en la transición entre la T1 y la T0 según Popolizio (1995).
En forma
genérica las inundaciones pueden clasificarse o agruparse para su
estudio según distintos atributos: origen, causa, magnitud,
impactos que producen y varios más. Desde el punto de vista del
origen de las inundaciones y del tipo de medidas de protección y
control que se pueden plantear resulta de utilidad diferenciar las
siguientes:
-
Inundaciones
por desbordes de los cursos de agua: se refiere a las zonas
ribereñas que son cubiertas por las aguas cuando durante las
crecidas importantes se desborda el/los cauces principales.
-
Inundaciones
por anegamiento debido a lluvias locales: se refiere a los
terrenos que son temporalmente cubiertos por las aguas en
situación de lluvias intensas, debido a una baja capacidad de
infiltración, a la presencia de zonas bajas o deprimidas y
deficiencia en la red de avenamiento.
En cualquiera
de estos casos la magnitud e importancia de la inundación debe
determinarse teniendo en cuenta la extensión areal (superficie
ocupada por las aguas), la profundidad media, características de
las aguas y el tiempo de permanencia de las mismas. Desde el punto
de vista del medio en que se produzcan, del tipo de ocupación del
espacio, de la densidad de la población afectada y del nivel de
riesgo que se asume para las medidas de protección, se pueden
considerar dos grandes tipos de inundaciones:
-
Urbanas:
impactan fundamentalmente sobre la población, sus viviendas y
toda la infraestructura de servicios disponibles.
-
Rurales:
impactan fundamentalmente sobre la producción agropecuaria y
medios de producción. ( Paoli, 2000)
Las Inundaciones en el Área
Metropolitana del Gran Resistencia y Puerto Vilelas
El AMGR se
emplaza sobre una planicie aluvional dominada por la acción de
tres ríos: el río Paraná, que discurre en dirección norte – sur y
limita el área urbana por el este a través del riacho
Barranqueras, el río Negro al norte de la trama urbana y al sur en
dirección este – oeste el riacho Arazá. A este contexto
geomorfológico se le suman una serie de lagunas semilunares –
antiguos meandros - que completan el sistema fluvio – lacustre,
directamente regulado por las fluctuaciones del Paraná. (Ver Fig.
Nº 1)
Fig.
1 – Localización Esquemática de Puerto Vilelas ( AMGR)
Fuente: Gentileza Mg. Prof. Jorge Alberto |
La complejidad
morfogenética asociada al universo climático lo convierten a este
espacio en un sitio altamente vulnerable; expuesto a afectaciones
hídricas recurrentes determinadas, en primer lugar por las
crecientes periódicas del río Paraná, el gran regulador del área,
que rige en buena medida el comportamiento morfológico e
hidrológico de sus afluentes, y en segundo lugar por las lluvias
locales, que responden a condiciones climáticas subtropicales
húmedas que en promedio rondan para el sector este de la Provincia
del Chaco en unos 1200 mm, acentuadas en estas últimas décadas por
el efecto del Niño.
Estas
inundaciones fluviales y pluviales acompañadas por los caracteres
morfológicos, topográficos y climáticos, como antes lo
mencionáramos, hacen que gran parte del área urbanizada del AMGR
este bajo la amenaza de sufrir anegamientos periódicos. A este
estado de situación general que presenta el emplazamiento de la
ciudad de Resistencia y los municipios que la integran se le suman
otros factores externos ( las lluvias en la alta cuenca, el papel
que juegan las represas en esas zonas) y locales ( microrrelieves
que condicionan el normal escurrimiento de las aguas dentro del
ejido urbano, la regulación en el uso del suelo, y el
comportamiento de la población afectada) que acentúan la amenaza y
el riesgo frente al advenimiento de este fenómeno natural.
Dentro de los
límites del AM se encuentra localizada al sureste de la misma, el
municipio de Puerto Vilelas, que surgiera en el siglo pasado como
enclave industrial favorecido precisamente por su ubicación en el
frente fluvial de la ciudad y por el fácil acceso a las tierras,
de bajo costo debido a la vulnerabilidad manifiesta de las mismas;
en la actualidad en esta, solo perduran algunas industrias que han
logrado subsistir a las numerosas crisis económicas por las que
atravesó el país, pero que no han podido sostener el esplendor de
otras épocas, llevándola a transformarse hoy en ciudad satélite de
Resistencia, en todo sentido, dependiendo de esta casi en su
totalidad, pudiendo afirmar que ha perdido su función de origen lo
que la convirtió, en una ciudad dormitorio.
Esta localidad
a lo largo de su historia ha sufrido especialmente los embates de
las inundaciones, los efectos y daños causados por ellas, en
numerosas ocasiones en el siglo XX fue testigo del comportamiento
de las aguas, como así también de las políticas públicas puestas
en marcha antes, durante y post desastre, y de la respuesta de la
población vulnerada por la amenaza y del rol de estas dentro de su
misma comunidad y frente al accionar del estado. (Ver fig. Nº 2)
Fig. 2 – Planta Urbana de Puerto
Vilelas
Fuente: Elaboración Propia –
Municipalidad de Puerto Vilelas |
La ciudad de
Puerto Vilelas, municipio de segunda categoría de la Provincia del
Chaco, de poco más de 8.000 habitantes entre el área urbana y
rural, fue emplazada sobre la margen del Riacho Barranqueras en el
extremo SE del Área metropolitana del Gran Resistencia, conformado
por una trama urbana claramente definida por el trazado de su
plano, el tendido de sus calles, la disposición de sus manzanas y
los usos del suelo; y un área rural constituida por varios parajes
y colonias que la integran e institucionalmente dependen de ella.
Su ejido urbano esta densamente poblado, y con significativos
valores de crecimiento natural, esta población urbana se
distribuye en numerosos barrios y conjuntos habitacionales
planificados que se disponen de NE a SO siguiendo la dirección de
su principal eje de circulación la Av. San Martín; de diversos
grados de densificación y niveles socioeconómicos, la mayor parte
de ellos situados dentro del recinto defendido por los muros de
contención de los cuales esta avenida forma parte vital. La
superficie total de la trama urbana se encuentra por debajo de la
cota de 49 mts. MOP y que conforme a la Resolución 1111/98 de la
Administración Provincial del Agua de la Provincia del Chaco sobre
Restricciones al uso del suelo y zonificación, se encuentra dentro
de lo que clasifican como Zona Prohibida y Zona de restricción
severa. (Ver fig. Nº 3)
Fig.
3 – Restricciones al uso del suelo
-
Resolución 1111/98
Fuente: Administración Provincial del Agua – Provincia del
Chaco |
Dos aspectos a
remarcar, en primer lugar lo que hace a la expansión urbana; esta
pequeña localidad frente a su sostenido crecimiento demográfico y
demanda habitacional se encuentra en una situación de extrema
criticidad puesto que debido a las características de su sitio
presenta limitadas posibilidades concretas de expandirse hacia
áreas no restrictivas y menos vulnerables. De hecho en la
actualidad presenta barrios construidos por entes gubernamentales
(los mismos cuya responsabilidad es la de regular el uso del suelo
y quiénes además conocen exhaustivamente la resolución antes
mencionada) en áreas bajas, inundables, prohibidas y de
restricción severa, que “intentan dar una solución” a la demanda
habitacional principalmente a los habitantes que en épocas de
crecientes se ven afectados por las mismas y demandan viviendas al
estado y por ende una resolución inmediata a dicha problemática
(“continúan construyendo riesgo”). Varios de estos conjuntos
habitacionales construidos en otros momentos históricos por
idénticas contingencias, son los que en la actualidad,
paradójicamente se presentan como los más poblados dentro del
ámbito urbano.
En segundo
lugar, poner énfasis en el tema de las defensas de la ciudad,
construidas en el año 1982 como provisorias, se han convertido con
el correr de los años en definitivas, mantenimiento estatal
insuficiente de por medio, hoy continúan existiendo y cumpliendo
deficitariamente el rol para el cual fueron levantadas, puesto que
presentan en su estructura indicios de un marcado deterioro
estructural ocasionado por el paso de los años, sumado a la
irresponsabilidad y conciencia de los pobladores que las han
utilizado como tierra de préstamo. Podríamos agregar haciéndonos
eco de las palabras del Arq. Próspero Roze (1987), que esta
localidad fue emplazada en un sitio cuya naturaleza no le es
favorable, la cual fue avasallada y sobre la que fue construída
una ciudad “contranatura”.
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