FOTOINTERPRETACIÓN GEOMORFOLÓGICA E HIDROGRÁFICA DE DETALLE, APLICADA AL MANEJO DE RECURSOS HÍDRICOS

Provincias de Corrientes y Chaco

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2- LAS ACCIONES EN LA PROVINCIA DEL CHACO:

La provincia del Chaco encaró dos estudios de foto interpretación con miras al reconocimiento de áreas especiales de su territorio a efecto de su aplicación en el manejo de cuencas.

Uno de ellos fue el “Estudio de Fotointerpretación en el área de los Bajos Submeridionales y zonas de aportes y descargas” por convenio entre la Universidad Nacional del Nordeste, el Comité de Estudio de los Bajos Submeridionales y el Consejo Federal de Inversiones. El otro fue el “Estudio de Fotointerpretación en la Cuenca del río Negro” por convenio entre la Universidad Nacional del Nordeste y la Administración Provincial de Recursos Hídricos.

Ambos fueron realizados en el Centro de Geociencias Aplicadas, bajo la dirección del Ingeniero Eliseo Popolizio, entre  los años 1975- 1984.

La FIGURA 1 muestra el área ocupada por ambos estudios y que representa el 66% de la provincia del Chaco y el 38% de Santa Fe. Los trabajos de fotointerpretación, partieron de la hipótesis de verificar las posibilidades que ofrecían las fotos aéreas de escala 1:75.000 en el relevamiento de las características del relieve, el escurrimiento superficial y la cubierta vegetal del área, bajo los siguientes objetivos parciales:

  • Identificar las unidades geomorfológicas que a escala de la foto se comportan como condicionantes del escurrimiento superficial.
  • Caracterizar y tipificar los sistemas de escurrimiento, su organización en redes y estadíos hídricos según el pulso climático, los condicionantes litológicos y topográficos.
  • Reconocer los patrones fitogeográficos en el nivel de unidades fisonómicas, su distribución espacial en relación con los sistemas de escurrimiento y los estadíos hídricos.

FIGURA 1: Áreas cubiertas con fotointerpretación y estimación de superficies en las provincias del Chaco, Santa Fe y Corrientes.  En esta última, el área fue ampliada como se ve al compararla con la de la FIGURA 8.

 Materiales y métodos:

Se utilizaron fotografías aéreas pancromáticas blanco y negro, de escala 1:75.000 del Instituto Geográfico Militar, año 1973, en un total aproximado de 2.200. Como referencia cartográfica de base se tomaron las cartas IGM de escala 1:250.000; a partir de ellas se trazó una malla de coordenadas marginales y centrales. Se ajustó luego la planimetría en cartas preliminares, por medio del paso a escala de la infraestructura (rutas, puentes, vías férreas, sendas, poblaciones, puestos, etc.) y otras referencias naturales (ríos, lagunas etc.) que permitieron situar espacialmente los objetos del terreno representados en las cartas y visibles en las fotos, del modo más preciso posible. En especial se buscó compensar relaciones de distancia y forma en las distorsiones propias de la proyección de las fotos y las producidas en el avión, durante el vuelo.

Utilizando estereoscopio de bolsillo, se realizó la fotointerpretación par por par, interpretando los elementos de acuerdo a los objetivos y volcando el producto a over lays que luego fueron pasados a cartas preliminares. Las unidades fisonómicas fueron interpretadas por separado de modo tal que como resultado, se generaron cartas geomorfológicas e hidrográficas y cartas fitogeográficas de toda el área en estudio en las provincias del Chaco y Santa Fe.

Cada preliminar fue luego pasado a planos definitivos en papel vegetal, a escala media de las fotos donde además se indicaron las principales rutas, damero de centros poblacionales y la toponimia, junto con la carátula, el listado simbológico y la nomenclatura de cada carta.

La foto interpretación fitogeográfica se basó en el método de “Modelos y tres niveles  de percepción” (Morello y Adámoli, 1968) quienes definen a los modelos como características de la vegetación perceptibles en la imagen vertical  de la foto, dadas por la densidad (número de individuos por unidad de superficie), recubrimiento  (proporción de superficie tapada por la proyección de las copas) y estratificación (organización vertical en pisos). La combinación de tonos y texturas en las fotos, dan modelos espaciales que responden a factores tales como relieve, pendientes,  suelos y condición hídrica. “Cada modelo de vegetación tiene una fisonomía o heterogeneidad interna dada por sus elementos y toda el área cubierta por una fisonomía uniforme es una unidad fisonómica” (Morello y Adámoli, 1968) Pág. 13.

En las cartas fitogeográficas definitivas, las unidades de vegetación fueron pasadas teniendo como base las cartas geomorfológicas a fin de conservar en lo posible, la correspondencia entre los límites de unidades.

Los criterios aplicados para la fotointerpretación requirieron una alta dosis de creatividad al responder a la pretensión de lograr utilizar una técnica que para el área, no tenía definidos sus patrones de interpretación y tampoco los criterios cartográficos con los cuales representarlos. Fue necesario el apoyo de pautas de interpretación que permitieran la asociación de los elementos encontrados en la foto, con los existentes en el terreno, y que a su vez concordaran con el paquete teórico-conceptual del fotointérprete, a fin de hallar las particularidades de cada espacio.

La escala de las fotos utilizadas, permitió adquirir un poder de percepción con el cual establecer las posibilidades de hallar los patrones para las unidades temáticas que se pretendía analizar, en base a la combinación de patrones tono texturales, su organización espacial y los modelos que se correspondan a la interpretación conceptual que se haya hecho del espacio. Tener en cuenta esto último fue de gran significación ya que es en el campo de las unidades taxonómicas posibles de comparar donde se establecieron las correlaciones  de los elementos de una interactuando con los de otras.

Combinar el concepto de alta homogeneidad y monotonía con que se concebía el área y pasar a valorar sus más imperceptibles variaciones altimétricas, los factores genéticos de las mismas (naturales o antrópicos, actuales o pasados, permitió encontrar claves para la enorme riqueza geomorfológica del área, como respuesta a procesos de modelado de tipo eólico e hídrico. Ello ya había sido referido en varios trabajos previos, disponibles en la bibliografía, pero no habían sido cartografiados, tipificados y descriptos en sus más mínimos detalles, como fue realizado para estos trabajos de fotointerpretación (POPOLIZIO, E. SERRA, P. HORTT, G. (1978 a y b)

Los patrones fotográficos de la cubierta vegetal, responden fielmente a la morfología que la sustenta, a las condiciones del agua superficial, a sus modos de escurrir (sistemas de escurrimiento), su organización en redes y a los estadíos hídricos que caracterizan a su funcionalidad. Bajo esos criterios fue posible reconstruir los tipos de formas, su modo de distribución espacial y la vegetación e hidrografía asociada. En estos aspectos fue invalorable el aporte realizado previamente por numerosos autores pero en especial, el de MORELLO, J y ADÁMOLI, J. (1968, 1974) [1]

 


[1]

En este aspecto cabe destacar y agradecer el acompañamiento en trabajos de campo y de laboratorio, la generosa enseñanza y excelente disposición de diálogo e intercambio de conocimientos, brindados a todo el equipo por el Dr. Jorge Morello.


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Instituto de Geografía (IGUNNE). Facultad de Humanidades. UNNE. Resistencia, Chaco. Argentina