CARACTERÍSTICAS SOCIALES  DEL PEQUEÑO PRODUCTOR DEL CENTRO Y SUDOESTE CHAQUEÑO A FINES DE LOS 90

 

(x)L

 

Anterior  

Siguiente

En cuanto al material con que están construidas las paredes de las viviendas, predominan con un 80%  las de ladrillos, en segundo lugar las de barro con 11 %, finalmente están las de chapa  y otros materiales con el 1% y 7 % respectivamente.

Por último, dentro de este grupo de indicadores,  tenemos los materiales utilizados  techos y puertas y ventanas; en el caso de los techos, predomina la chapa y la madera es el material  con que están hechas las puertas y ventanas.

Otro indicador considerado fue el grado de hacinamiento para lo cual se utilizó como base la definición dada en la publicación Mapas de la pobreza en la Argentina (INDEC,1994) que lo incluye como indicador clave para determinar las necesidades básicas insatisfechas (NBI). El INDEC considera hacinamiento a la presencia de más de tres personas por cuarto.

Según los datos recogidos, predominan las viviendas con dos personas por cuarto y en segundo lugar con 3 personas por cuarto, con lo cual se deduce que no presentan serios problemas de hacinamiento, por cuanto solo el 5 % de los hogares tienen más de tres personas por cuarto.

Las viviendas tienen, por lo general mas de dos cuartos y las familias no son numerosas.

Sintetizando este primer grupo de variables consideramos que las viviendas rurales de ambos departamentos  se caracterizan por tener: predominio de pisos de tierra o cemento, paredes exteriores de ladrillo, techos de chapa metálica y puertas y ventanas de madera. Si bien los materiales con que están construidas las viviendas rurales son adecuados para las  buenas condiciones sanitarias, con excepción de los pisos de tierra,  es preciso destacar que no tienen ningún tipo de mantenimiento ni mejoras con lo cual el estado en que se encuentran las mismas evidencia un alto grado de deterioro.

Con respecto a los servicios, podríamos concluir que hay un elevado grado de carencias, por cuanto la mayor parte de las viviendas no posee energía eléctrica, utilizan combustibles entre los que prácticamente no incluyen el gas; el agua que consumen  procede del subsuelo en la mayoría de pozos; tienen retretes sin descarga de agua.

El tercer grupo de indicadores que utilizamos para evaluar la calidad de vida del pequeño agricultor comprende a: la educación, es decir  el nivel de instrucción de los integrantes del grupo familiar y el acceso a la salud representada, en este caso,  por la existencia de cobertura en salud, lo cual indicaría de algún modo  la posibilidad de atención sanitaria de la población a través del subsistema de seguridad social [14].

Tal como lo manifestáramos, el proceso de globalización de las economías nacionales provocó un reordenamiento de los sistemas económicos, orientado hacia la construcción de un nuevo orden mundial. Sus efectos se extendieron a todos los ámbitos de la vida política, económica y social de los países.

Los análisis sobre los procesos de desarrollo rural en América Latina, realizados entre otros por Polan Lacky (1995),  coinciden en el rol fundamental que juegan la educación, la tecnología y la organización social, donde la educación es considerada como la herramienta principal para alcanzar el desarrollo de un país, y en este caso, el del sector rural. Este planteamiento acerca de la relevancia de la educación ha sido expuesto por numerosos gobernantes latinoamericanos, quienes abogan por una educación de mayor calidad y extensiva a todos los sectores sociales. Sin embargo, las experiencias de educación rural  en estos países han estado marcadas por un funcionamiento a espaldas de las realidades socioculturales locales y regionales, y sin tomar en cuenta los problemas, aspiraciones y necesidades de las poblaciones rurales. (Hernández Aracena y Thomas Winter, 1999).

El Informe sobre Desarrollo Humano dado a conocer por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que la experiencia parece indicar que aquellas sociedades que invierten por períodos largos en su capital humano, son las que están en condiciones de alcanzar el desarrollo en mejores condiciones y más rápidamente.

En respuesta a lo anterior uno de los indicadores sociales más utilizados para analizar la calidad de vida de una población es la tasa de analfabetismo. Según el informe sobre desarrollo humano en la Argentina, la provincia del Chaco tenía - en 1994- la tasa más alta de analfabetismo con un 12,3%, en la actualidad ronda alrededor del 10% (Besil y Piedra, 2000). La educación fue analizada a través del indicador nivel de instrucción formal del jefe de hogar o dueño de la parcela y de todos los integrantes del grupo familiar. Del total de encuestas realizadas (65), obtuvimos una población total de 292 personas, de las

cuales 277 eran mayores de 14 años. De éstas, 160 no completaron el ciclo de educación primaria;  65 sí lo hicieron; 24 tienen incompleto el ciclo secundario y solamente 6  lo completaron.  

Finalmente, 21 personas  no tienen ningún tipo de educación formal y de ellas, 10 corresponden a los jefes de familia. Se encontró únicamente un individuo con estudios universitarios. Lo más importante en este tema es que más de la mitad de la población no ha completado el nivel primario de la educación y que es importante la proporción de población que se encuentra fuera del sistema educativo, ya sea por no concluir con la enseñanza primaria o por no haber asistido nunca a la escuela.

Otro de los indicadores que utilizamos para evaluar la calidad de vida de los pequeños productores en el centro y sudoeste chaqueño,  fue la cobertura en salud de la población rural, en tanto pueden acceder a atención sanitaria mediante el  beneficio de algún tipo de cobertura social, como es el subsistema de Obras Sociales.

El resultado ha sido desalentador por cuanto solamente 16 personas, de las 292 que constituyen el universo poblacional de la muestra,  cuentan con cobertura sanitaria a través de la seguridad social, el 5,4 % del total. De ellos, 14 son jubilados - cobertura  social a través del PAMI- y 2 personas tienen obra social de los empleados provinciales  -INSSEP-. Estos datos dejan a la luz la alta proporción de población  que se encuentra  excluida del sistema por no poder pagar un servicio de salud prepago -contratación de planes médicos o mutuales- o por no pertenecer al mercado formal de trabajo.

En síntesis, teniendo en cuenta éstos dos indicadores, encontramos que más del 50 % del universo poblacional no completó sus estudios primarios y la seguridad social en salud es limitadísima.

 


[14] El Sistema de Servicio de Salud (S.S.S.) se caracterizó históricamente por estar formado por tres subsectores: el público, el privado y el de la seguridad social. 1)subsistema público: los recursos provienen del sistema impositivo; 2)subsistema de seguridad social: financiado por las contribuciones obligatorias a la seguridad social y 3)subsistema privado: financiado con primas de carácter voluntario conforme a los seguros privados de salud. (Fleury, 1997).

  ANTERIOR  

  4 de 5  SIGUIENTE 


Instituto de Geografía (IGUNNE). Facultad de Humanidades. UNNE. Resistencia, Chaco. Argentina